El padre de Máximo Thomsen, uno de los diez rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, dijo en la tarde de este jueves, al finalizar su visita en el penal de Dolores donde los acusados están alojados, que su hijo está "arrepentido" de lo sucedido y lo "lamenta muchísimo", y que para el joven fue "una pelea".
"Lo lamento terriblemente y no me quiero despertar nunca", expresó el padre al retirarse de la cárcel, y resaltó: "Obvio que están arrepentidos".
A su vez, en el diálogo el hombre confesó que está "destrozado por la muerte" de Fernando, "por lo que hicieron o por lo que les salió", y que trató de "llamar un montón de veces" y les dejó "mensajes" a los padres de la víctima.
"Si yo tengo el dolor que tengo, no me imagino lo que tendrán ellos. No quiero abrir los ojos", sostuvo Javier. Incuso agregó que aunque los jóvenes estaban alcoholizados, esto no justifica el accionar de ellos.
"Para él fue una pelea, pero no se acuerda de cosas. Dice que lo lamenta muchísimo y se pone a llorar", añadió y admitió que tiene miedo de no volver a ver a su hijo "en libertad".