"Solo un guapo perrito de un año, parcialmente ciego, que se ve casi como una obra de arte de Picasso". Eso dice la biografía del cachorro Brodie en Instagram (@bestboybrodie), una cuenta que suma más de 44 mil seguidores.
Su recorrido tiene un final feliz, pero un comienzo trágico. Mezcla de border collie y pastor alemán, Brodie nació en el refugio canadiense Old MacDonald Kennels. Cuando contaba con solo 13 días de vida, su mamá lo atacó. Salvó su vida, pero quedó con secuelas en la cara y en el cráneo: perdió parcialmente la visión de un ojo, quedó con la mandíbula torcida y la cara atrofiada.
El canino creció con los demás cachorros, con una diferencia: nadie se animaba a adoptarlo, por su particular aspecto. Fue entonces, cuando sus cuidadores decidieron mostrar sus imágenes en internet y contar su historia, que se viralizó. Pronto comenzaron a llegar solicitudes.
Todo pareció cambiar para Brodie, cuando un hombre se lo llevó a su casa. Sin embargo, tras cinco meses, lo devolvió con una sentencia: "es demasiado híperactivo".
La tristeza, por suerte, duró poco. Amanda Richter y Brad Ames, una pareja que seguía las andanzas de cachorro, fue a buscarlo. "Veía sus fotos todos los días, y hasta me daba ganas de llorar. Entonces, cuando finalmente lo conocimos, salimos a dar un paseo. Cuando volvimos a la veterinaria, nos dijeron que creían que éramos los indicados. Esa misma tarde nos lo llevamos a casa", confesó Amanda.
La mujer no niega que Brodie sea travieso. "Pero es tan inteligente...", aclara. En su nueva casa, aprende trucos, juega y hasta participa de las festividades. Para sus nuevos padres adoptivos, era el dueño anterior "el que tenía algo malo". Ahora, esperan entrenar a su mascota para que ejerza como perro de asistencia, y ayude a personas con discapacidades visuales o motrices.
Brodie disfruta de la vida. Protagonizó artículos desde la revista People, hasta el New York Post. Seguramente, ni se enteró. De la misma forma que -como afirman Ritcher y Ames- "no tiene idea de que se ve diferente".