Casos policiales que marcaron la historia argentina

 Los criminales reales argentinos dejaron su huella en la memoria, sin temor a las consecuencias. 

Casos policiales que marcaron la historia argentina
Barreda, el odontólogo que asesinó a su familia\u002E

Sigilosos, crueles, tan feroces como el peor de los personajes que haya inventado alguna vez una pluma literaria.

El petiso orejudo:

El primer asesino múltiple de la historia nacional se crió en un conventillo de Buenos Aires. Hijo de inmigrantes calabreses, raquítico y bajo de estatura, cuando la Argentina festejaba su primer centenario Cayetano Santos Godino tenía 15 años y se dedicaba a matar niños en su temprana infancia.

Cuando cumplió nueve años, su padre, un farolero alcohólico con sífilis, pidió en la comisaría que se lo llevaran. Apedreaba vidrios, golpeaba a los chicos del barrio, arrancaba los ojos a los gorriones. Lo echaron de seis escuelas, nadie pudo enseñarle a leer. Antes de que la policía resolviera el caso, en el barrio porteño de Boedo no había infante al que le permitieran jugar en la calle.

Lo condenaron por matar a cuatro niños, intentar asesinar a otros siete y cometer siete incendios. Fue recluido en la cárcel de Ushuaia y lo visitaron psiquiatras de renombre para estudiarlo. Consideraban que era un "idiota" y que el origen de su maldad estaba en sus orejas. El gobierno envió cirujanos para operarlo, pero murió antes de una hemorragia interna. La versión oficial dice que la causa fue una gastritis crónica, pero otros dicen que los presos no le perdonaron el crimen del gatito del penal.

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