Sabemos que el sol es nuestra principal fuente de vitamina D, que nos ayuda a absorber calcio para tener los huesos fuertes y sanos. Sin embargo, hay que tomar precauciones y extremar los cuidados cuando exponemos al sol a los bebés.
Los bebés menores de 6 meses deben ser resguardados de toda exposición a los rayos UV ya que su piel es más delgada e incapaz de producir melanina para protegerla. Además, la piel de un bebé es menos capaz de refrescarse por sí misma, y por eso una quemadura solar accidental a esa edad puede transformarse en una emergencia médica.
Como los bebés no tienen maduro su mecanismo de bronceado nunca deben ser expuestos al sol directo en el horario de riesgo que es entre las 10 y las 16 horas, cuando los rayos del sol caen más perpendicularmente a la superficie terrestre.
Pero, luego de ese horario, también es necesario protegerlo siguiendo estos consejos:
Vestirlo con ropa adecuada
Eleigí prendas de fibras naturales transpirables y camisetas de manga corta. El color de la ropa también es importante porque los oscuros absorben más el calor, por eso, optá por los colores claros para las prendas de tu bebé. En lo posible vestilo también con un sombrero o gorrito de ala ancha y tratá de acostumbrarlo a usar anteojos de sol con protección UV.
Cubrir su piel con cremas protectoras solares
Cuanto más clara sea la piel del bebé, menos melanina tendrá para absorber rayos UV y protegerse contra los efectos nocivos del sol. Si bien algunos profesionales recomiendan no usar cremas protectoras antes los 6 meses de vida, existen cremas especiales para bebés menores de 3 años.
Proteger la piel luego de la exposición al sol
El cuidado posterior de la piel es tan importante como la protección frente al sol para evitar la exfoliación, la irritación y la sequedad de la piel. Existe una gran variedad de cremas hidratantes infantiles para después del sol que puedes usar.