La policía británica hizo explotar dos vehículos abandonados en las inmediaciones del edificio donde se construye una nueva embajada de Estados Unidos en Londres.
Un portavoz de Scotland Yard, la policía metropolitana de la capital británica, detalló a EFE que los agentes declararon segura la zona y establecieron que los vehículos no suponían una amenaza.
Los autos detonados fueron un coche gris y una furgoneta roja y estaban estacionados cerca de la futura legación estadounidense en la ribera sur del Támesis. La intervención se produjo en un clima de extremo nerviosismo: cuatro días después del atentado que provocó 8 muertos y 48 heridos en el centro de Londres y en la víspera de las elecciones legislativas.