La producción de carne hoy es casi cinco veces más alta que a principios de la década de los 60, pasando de las 70 millones de toneladas que se generaban entonces a los más de 330 millones de toneladas de 2017, según informó la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Argentina se ecuentra entre los cuatro países más consumidores de carne del mundo, junto a: Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Si bien resulta utópico imaginar una vida sin que nadie coma carne, en los últimos años ha tomado fuerza la idea de que es bueno para la salud y para el planeta consumir menos carne.
Ahora bien, qué pasaría si entráramos en el terreno de la futurología e imaginando diferentes escenarios, pensamos cómo se vería afectada la economía si todos fuéramos vegetarianos.
"Una economía vegetariana crearía nuevos tipos de empleo y más alimentos con base vegetal que sustituyen a la carne", le dice a BBC Mundo Marco Springmann, investigador de la Universidad de Oxford. "Se reducirían los costos de salud generados por el alto consumo de carne y los costos asociados al cambio climático", agrega.
Andrew Jarvis, director de análisis de políticas del Centro Internacional para la Agricultura Tropical e investigador del Programa de Investigación sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria, advierte: "Bajaría el precio de la tierra y eso sería negativo para las comunidades agrícolas".
"Es raro imaginar un mundo vegetariano cuando el consumo de carne en el mundo está creciendo", dice Ryan Katz-Rosene, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Ottawa.
"Algo más concreto es imaginar un futuro con una dieta más sostenible, porque el 95% de la población mundial no es vegetariana. Es necesario un equilibrio, pero no es fácil conseguirlo", concluye.