El Parlamento británico votó para quitarle al flamante primer ministro el control del gobierno y para recuperar el poder de aprobar una legislación que bloquee los planes de llevar a cabo un brexit duro o sin acuerdo.
La mayoría de los parlamentarios británicos cree que abandonar la Unión Europea sin acuerdo previo sería desastroso para la economía del país. Los adversarios de Johnson temen que pueda solicitar una elección para el 14 de octubre y después cambie la fecha de los comicios para esperar a que pase el 31 de octubre, fecha límite de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Esa movida le permitiría a Johnson asegurar una salida sin acuerdo previo, como ha anunciado en los últimos meses.
El día comenzó con una reunión de gabinete tras lo cual enfrenta la primera sesión semanal de preguntas y respuestas en Westminster, informó el servicio público de radio y televisión británica, BBC.
Con el control de la agenda parlamentaria, el arco opositor está intentando votar el proyecto de ley que fuerza al primer ministro a solicitar a los 27 miembros del bloque regional una extensión del Brexit de tres meses, hasta el 31 de enero de 2020, en las tres lecturas requeridas, antes de pasarlo a la Cámara de los Lores para su aprobación final.
Johnson criticó hoy, a través de su cuenta de Twitter, al líder laborista, Jeremy Corbyn, al afirmar que la medida aprobada anoche implica el riesgo de desencadenar "años de incertidumbre" y "retrasos" en la ruptura con Bruselas, e insistió en que está centrado en liderar al Reino Unido para sacarlo del bloque europeo este 31 de octubre.
El líder conservador castigó ayer a los diputados "tories" rebeldes al expulsarlos del grupo parlamentario, medida que ha afectado a destacados parlamentarios.
El premier prometió sacar a Reino Unido de la UE "con o sin acuerdo" más de tres años después de la votación del referendo, pese a que sus detractores advierten que el Brexit "duro" tendrá consecuencias económicas desastrosas y debe evitarse.
Pero la atmósfera política consiguió reafirmar la convicción de muchos rebeldes "tories" de que es necesario poner por delante los intereses del país a los de su propio partido.
La ley electoral británica indica que se requiere una mayoría parlamentaria de dos tercios para celebrar elecciones anticipadas, lo que significa que el principal partido laborista de la oposición deberá apoyarla.
Johnson confía en un resultado electoral a su favor para sumar diputados y contar sobre todo con los votos de los británicos que apoyaron al Partido del Brexit de Nigel Farage en los comicios europeos de mayo.
El Tribunal de Sesiones de Edimburgo, Escocia, dictaminó que Johnson, actuó de acuerdo con la legalidad cuando decidió suspender temporalmente el Parlamento, con lo que zanjó uno de los capítulos de la batalla legal desatada con su maniobra.
Prometió el fin de la austeridad al presentar sus prioridades presupuestarias para el próximo año, mientras aumenta la probabilidad de que se celebren elecciones anticipadas en el Reino Unido.
El ministro de Economía, Sajid Javid, dijo que "se pasará página" a los recortes (aplicados por anteriores Ejecutivos conservadores) al presentar en la Cámara de los Comunes la "Revisión del gasto" para el ejercicio 2020-21, donde reveló incrementos para los diferentes ministerios.
Se destinarán 6.200 millones de libras más al Servicio nacional de salud y otros 2.200 millones al ministerio de Defensa, además de nuevas dotaciones para combatir la explotación infantil por internet y la crisis climática.
Tras confirmar que ningún ministerio sufrirá recortes, el jefe del Tesoro, que llegó al cargo en julio de la mano de Johnson, aseguró que se trata "del mayor aumento del gasto público diario en 15 años".
Javid concedió que, para aplicar estos incrementos, deberá revisar los objetivos de disciplina fiscal marcados por el anterior Gobierno conservador, que previamente se había comprometido a respetar.
Esos objetivos le obligaban a reducir el déficit estructural del Estado a menos de un 2 % del producto interior bruto (PIB) en 2020-21 y eliminarlo para 2025.
Su revisión del gasto, que cubre solo un año fiscal en lugar del periodo habitual más largo, se interpreta como un reclamo electoral ante la posibilidad de que Johnson convoque elecciones anticipadas por la oposición del Parlamento a sus planes de "brexit".
Sin embargo, Johnson necesitaría el apoyo de dos tercios de la cámara para convocar esos comicios, programados inicialmente para 2022, lo que posiblemente no consiga en el futuro inmediato pues la oposición laborista ha indicado que solamente los respaldará una vez haya quedado descartada en el Parlamento la opción de una retirada sin acuerdo del bloque comunitario.