Todo sentimiento posible se entrelazó durante el empate 3-3 de Argentina y Escocia. La desazón de un implacable 3-0 a favor de las británicas; la esperanza que Bonsegundo puso al poner la historia 3-2; el enojo por el claro penal no cobrado a los 42' del ST y la posterior felicidad por el apoyo del VAR para sancionarlo.
Las manos a la cara tras la atajada de Alexander Lee, la incredulidad tras la orden de la árbitro de repetir el penal. La algarabía de que ese segundo remate besase la red y decretase la igualdad que daba vida a las nuestras. La confusión, finalmente, tras el prematuro cierre del partido cuando faltaban minutos por jugar.
Con ese marcador, claro está que Escocia ha quedado fuera del Mundial de Francia. Sin embargo, mas allá de las caras largas de las argentinas tras el partido, aún queda un halo de esperanza para avanzar a octavos de final.
Para ello, depende de dos resultados. Cuando el jueves a las 13 se enfrenten Camerún y Nueva Zelanda, deberán esperar un empate. Lo mismo habrá que pedir a las 16, momento en que Chile y Tailandia cerrarán el Grupo F y la fase en si. Puede que sea esperable una igualdad entre africanas y oceánicas, pero es más que improbable que haya una entre sudamericanas y asiáticas.
Principalmente, esto se debe al nivel disparejo que presentan. Mientras las trasandinas cayeron tan solo 2-0 y 3-0 ante Suecia y Estados Unidos (máximo ganador del título y potencia absoluta), las de capital en Bangkok sufrieron un 5-1 ante las nórdicas y un categórico e histórico 13-0 ante las norteamericanas.
Sin embargo, la esperanza es lo último que se pierde, y aún la hay para incursionar por vez primera en octavos de final. Mas allá de todo lo que pase, Francia 2019 quedará marcado en el fútbol femenino de Argentina, como un antes y un después.