"Haga lo que haga, ¡me casaré con usted!'", fue lo que le dijo a los 17 años el recién electo presidente de Francia, Emmanuel Macron, a Brigitte Trogneux, quien en ese entonces era su profesora de Literatura en el liceo Providence. Y cumplió.
Cuando Emmanuel asistía al último año de su colegio secundario- católico y conservador- se enamoró de Brigitte, su profesora de literatura 25 años mayor, quien estaba casada y tenía tres hijos. A pesar que intentó un primer acercamiento, su familia no se lo permitió y lo envió a estudiar a París.
Ella siguió con su marido y sus hijos. Él se preparó, se formó, trabajó en la banca privada y en el Gobierno y, como indica el destino, la vida los volvió a encontrar.
Diez años mas tarde, el destino los volvió a unir más allá de los mandatos sociales y los prejuicios de sus allegados.
El 2006 fue un año bisagra para la pareja, ella finalmente se separó de su marido y decidieron dejar atrás los prejuicios sociales, lo cual -un año más tarde- los llevar a sellar su amor en una ceremonia íntima. "Fue la consagración oficial de un amor, primero clandestino, incomprendido por muchos antes de que nos impusiéramos a ellos", comentó el ganador de las elecciones.
"Al final el amor lo arrasó todo y terminé divorciándome de mi marido. No pude evitarlo. Mis padres, ya mayores, no se lo tomaron muy bien, pero para mí no era un problema la diferencia de edad. Lo más importante eran mis hijos, que lo aceptaron sin problema. El resto es escoria", contó por su parte, Briggite.
Hoy, a sus 39 años, Macron es el presidente más joven de la historia de Francia y ella, a sus 64, la primera dama en el mundo que supera en edad a su marido. Trendy, glamorosa, cariñosa con su joven pareja y abuela de siete nietos, "Bibi", como la llaman en Francia, rompió esterotipos e impuso "La historia de amor del siglo".