Hace más de un mes que las principales variables financieras del mercado interno se mueven en una suerte de meseta preelectoral donde esquivan los sobresaltos, incluso cuando se agrava la presión del frente externo. En este lapso, el dólar zigzagueó sin demasiada fuerza en torno a los $46 y la menor presión habilitó un proceso de descenso de las tasas de referencia.
La divisa norteamericana finalizó este lunes en el mercado minorista con un movimiento casi nulo respecto al viernes pasado: cerró a $43,90 para la compra y a $46,13 para la venta, con una suba de medio centavo respecto a la sesión previa.
El circuito cambiario transita cierta paz tanto por el fortalecimiento de la demanda con las liquidaciones del campo como por la decisión del Banco Central (BCRA) de actuar en la plaza, ya sin el condicionamiento de la zona de no intervención que se estableció el año pasado en el marco del renegociado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El 29 de abril la autoridad monetaria oficializó su cambio de estrategia, apenas después del salto que llegó al dólar hasta su máximo de $46,90 en las pantallas de casas de cambio y bancos. Desde aquella fecha, el billete verde se movió entre $45,36 (30 de abril) y $46,49 (9 de mayo).
Paralelamente, en ese período se incrementó en al menos un 25% el volumen de divisas proveniente de los sectores agroexportadores. Según el informe de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), en mayo se liquidaron divisas por un total de U$S2.395 millones, mientras que en abril ese monto se ubicó en alrededor de U$S1.900 millones El menor nerviosismo en la plaza cambiaria también coincide con los movimientos que comenzaron a aclarar el terreno en el que se dirimirá la pelea por la presidencia. La mayor novedad en ese sentido se conoció el 18 de mayo, cuando la senadora Cristina Fernández reveló que será precandidata a vicepresidente en una fórmula liderada por Alberto Fernández.
Con un dólar más estable, el Banco Central que conduce Guido Sandleris retomó el intermitente proceso para bajar las tasas de referencia de la política monetaria. Desde el viraje en su estrategia cambiaria a fines de abril, la entidad habilitó un retroceso total de 4,828 puntos porcentuales.
Ayer, ese rendimiento que se define a través de las subastas diarias de Letras de Liquidez (Leliq) en pesos, y al que sólo pueden acceder los bancos, se ubicó en 69,241 por ciento anual. Continuó retrocediendo por debajo del 70%, barrera que perforó el miércoles pasado.
En el último mes, el principal golpe que afrontaron los activos argentinos llegó desde el extranjero y estuvo asociado fundamentalmente a los cortocircuitos comerciales entre los Estados Unidos y México, aparentemente ya resueltos.
Muestra parcial de esa situación fue el recorrido del Riesgo País, que el 21 de mayo perforó momentáneamente la barrera de los 900 puntos básicos pero la semana pasada volvió a superar los 1.000 puntos en medio del recalentamiento de la guerra comercial internacional. A partir de aquel día, el índice retomó un camino descendente y ayer finalizó en 935 unidades Sin embargo, la calma en el mercado aún debe afrontar múltiples desafíos en medio de la carrera presidencial y el más inminente será el de mañana, cuando vencerá el plazo para presentar las alianzas electorales.