Los argentinos duermen cada vez peor y esto trae riesgos a la salud

Una encuesta académica señaló que entre 2017 y 2018 empeoró la calidad del sueño de los argentinos.  

15 de marzo, Día Mundial del Sueño.
15 de marzo, Día Mundial del Sueño. Foto: Web

Descansar poco, sentir un cansancio infinito que ni una buena siesta lo repare o desvelarse directamente en la cama. Sobre estas percepciones, los argentinos calificaron su calidad de sueño y los resultados demuestran que en los últimos dos años se viene durmiendo mal.

Según un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, que hizo foco en las deudas y desigualdades en la salud, sobre 12.000 personas encuestadas, se registró un aumento en la mala calidad de sueño del 2017 al 2018 que pasó de un 21,3% a un 23%.

"Es una foto de cómo los argentinos están durmiendo en este momento. Medimos la calidad de sueño en buena o mala, en base a la percepción de cada persona", explicó a este diario Francisco González Insua, miembro del centro de investigaciones de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la UCA y autor de la nota de investigación.

De la radiografía del sueño de los argentinos se desprenden algunos datos llamativos. Por ejemplo, los varones duermen mejor que las mujeres, inclusive mejoró la calidad del 2017 al 2018 en comparación con las mujeres que empeoraron su calidad de sueño.

En tanto, si se tiene en cuenta el nivel socioeconómico, el sector medio profesional es el que más aumentó su mala calidad de sueño, pasando de un 14,2% a un 21%. A su vez, se observa que los pobres duermen peor que los no pobres, manteniéndose relativamente estable esta diferencia entre 2017 y 2018.

Por qué dormimos peor

Todos los especialistas consultados por este medio coincidieron en que es difícil conocer las causalidades que hacen que una persona duerma mal. Al consultar sobre si la crisis social y económica que atraviesa en el país influyó en los resultados del informe, González Insua prefirió no hacer conjeturas precipitadas.

"No creo que sea el único factor pero seguramente las condiciones sociales respecto al momento socioeconómico que estamos atravesando tenga que ver", expresó González Insua.

Sin embargo, el psicólogo señaló como “bastante llamativo que los jefes del hogar, que suelen tener más responsabilidad en la economía dentro del sistema familiar, son los que peor calidad de sueño tienen en comparación con los que no lo son”.

En este sentido, Daniel Vigo, especialista en sueño e investigador de la UCA y del Conicet, aseveró que ante ciertos momentos de incertidumbre a nivel social "puede afectar en sí la calidad de sueño de una persona".

"Cualquier tipo de crisis pone en situación de estrés a todas las personas que la están atravesando. El estrés se asocia con un estado de aumento del nivel de alerta o de activación que condiciona directamente una mala calidad de sueño", explicó Vigo y aclaró: "Si uno está preocupado porque perdió el trabajo y a la noche se acostó pensando en eso, se produce un nivel de activación que dificulta el hecho de quedarse dormido".

Por su parte, el doctor especialista en Neumonología, Víctor Hugo Cambursano, reafirmó que las dificultades de trastornos sociales, familiares y laborales impactan en la cantidad de horas de sueño dormidas directamente en los individuos de todas las edades" y hace hincapié en prestar "tanto a la cantidad como a la calidad de sueño".

En cuanto a la cantidad de sueño saludable, los expertos recomiendan dormir ocho horas. "Es un promedio general, hay personas que necesitan más y otras que necesitan menos -aclara Vigo-. Menos de seis no es considerado bueno para nadie".

Consecuencias

Los especialistas advirtieron que dormir mal puede tener consecuencias a corto y largo plazo en la salud. "A corto plazo, cuando uno pasó una mala noche o está durmiendo mal se despierta con menos nivel de alerta y aumenta el riesgo de tener una accidente, también impacta en el estado de ánimo, podemos estar más irritables o más cansados psicológicamente", dijo Vigo.

Y agregó: "El dormir mal o poco durante años se asocia con la aparición de distintas enfermedades, que entendemos como crónicas y multifactoriales: aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad, hasta de padecer algunos tipos de cáncer".

En Argentina, seis de cada diez adultos tienen exceso de peso, según el Indec. Sobre la obesidad, Cambursano reafirmó la relación directa que tiene con el sueño. "Duermo menos, como más y engordo; hay una buena cantidad de estudios que relacionan que la calidad del sueño tiene que ver con la saciedad", enfatizó.

En el informe de la UCA también se midió la relación entre la mala calidad de sueño, el malestar psicológico y la inactividad física. "En las personas que presentan déficit de actividad física, la relación entre malestar psicológico y mala calidad del sueño es mayor que en las personas que realizan ejercicio físico al menos una vez a la semana", apunta el escrito.

¿Qué hacer para mejorar la calidad de sueño? "Hay que reservar la cama para dormir o para tener relaciones sexuales, no para trabajar, ni comer. Además hay que tratar de desconectarse de las redes sociales y de las pantallas antes de ir a dormir. El lugar donde uno duerme debiera, en la mayor medida posible, estar oscuro y en silencio aunque parezca una obviedad", manifestó Vigo.

Además, aconsejó no comer en exceso a la noche y hacer actividad física intensa previamente a descansar. "Las técnicas de relajación eventualmente con la ayuda de un profesional funcionan muy bien", aportó el especialista en sueño.