Hubo intentos por suspenderlas y hasta propuestas para unificarlas con las elecciones nacionales, pero las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) sobrevivieron a los vaivenes políticos por la pandemia y se concretarán el próximo 12 de septiembre, con más de la mitad de la población vacunada con una dosis.
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Las PASO fueron creadas en 2009 durante la gestión de Cristina Kirchner y ya se realizaron ininterrumpidamente cinco veces a nivel nacional, en tres elecciones presidenciales (2011, 2015 y 2019) y dos de medio término (2013 y 2017). Aunque al día de hoy, cada vez que se aproxima la fecha se reabre la discusión sobre la utilidad de este instrumento.
Se trata de una elección primaria porque no se definen cargos sino quiénes serán los candidatos; abiertas, porque cualquier ciudadano puede votar sin necesidad de estar afiliado a un partido; simultáneas, porque se realizan el mismo domingo en todo el país; y obligatorias, porque aplica el mismo deber que en una elección general.
La ley que instauró las PASO, la 26.571, tuvo dos objetivos principales: fomentar la participación ciudadana en la definición interna de los candidatos (es decir, evitar la elección “a dedo” dentro de los partidos) y operar como un filtro para la cantidad de fuerzas políticas habilitadas a participar de los comicios generales, que son los decisivos.
La experiencia demostró que las PASO son una herramienta poco aprovechada por los partidos en general. A diferencia del rubro legislativo, donde suele haber más casos, en la categoría presidencial solamente hubo competencia interna una vez, en 2015: en Cambiemos se enfrentaron Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió; en la extinta alianza UNA, Sergio Massa y José Manuel de la Sota; y en el Frente de Izquierda, Nicolás del Caño y Jorge Altamira.
Como no son muchas las alianzas que dirimen de esta forma sus candidaturas, las PASO suelen transformarse en una gran encuesta nacional con números reales que permiten adelantar, dos meses antes, cómo está posicionada cada fuerza y cómo quedaría conformado el Congreso, donde cada dos años se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.
Para superar la instancia de las PASO y poder participar de las generales, la ley fija un piso del 1,5% de los votos válidamente emitidos en el distrito del que se trate para la respectiva categoría. Para eso se considerará la sumatoria de todas las listas internas, en caso de haberse presentado más de una. Las fuerzas minoritarias denuncian que este requisito es “proscriptivo”.
En la última elección, en la categoría presidente-vicepresidente quedaron fuera de competencia cuatro fórmulas, las que encabezaron Manuela Castañeira (Movimiento al Socialismo), Alejandro Biondini (Frente Patriota), Raúl Albarracín (Movimiento de Acción Vecinal) y José Antonio Romero Feris (Partido Autonomista).
Las alianzas que sí sortean las PASO y que hayan presentado dos o más listas deben elaborar la nómina definitiva según las pautas que hayan acordado internamente, procurando una representación proporcional de las distintas fuerzas. A eso se suma el requisito adicional de la paridad de género, que ordena intercalar hombre y mujer. Esta regla del “uno y uno” fue fijada por ley en 2017 y se aplicará por segunda vez a nivel nacional.
Para ganar tiempo en el proceso de vacunación, el Congreso aprobó a principios de junio, con acuerdo de todas las fuerzas políticas, el corrimiento del calendario electoral. Así, las PASO se realizarán el 12 de septiembre en lugar del 8 de agosto, y las generales, el 14 de noviembre en vez del 24 de octubre.
Los dos turnos electorales de este año demandarán 17.171 millones de pesos, que serán ejecutados por la Dirección Nacional Electoral. Si bien el gasto presupuestado no discrimina entre primarias y generales, se estima que más de la mitad se destinará a las PASO, porque se requiere imprimir más boletas.
Con las listas de precandidatos ya oficializadas comienza oficialmente la campaña electoral, aunque los spots en los medios de comunicación empezarán a rodar recién desde el 8 de agosto. El 13 de ese mes se publicará el padrón definitivo y el 28 se difundirán los lugares y mesas de votación. Se habilitarán unos 4.000 nuevos establecimientos, con un máximo de ocho mesas cada uno para evitar aglomeraciones.
En los próximos días, el Ministerio del Interior dará a conocer el protocolo sanitario, aunque ya trascendieron algunos detalles: el votante no entregará su DNI, sino que lo exhibirá ante el presidente de mesa, y se propondrá que lleve su propia lapicera para firmar. También se designarían “facilitadores sanitarios” para controlar el cumplimiento de las medidas.
Por la Corresponsalía de Buenos Aires