A raíz del eclipse solar que ocurrió el 14 de diciembre y que se pudo ver a la perfección en Neuquén y parte de Río Negro, se conoció la palabra del dueño de un camping que fue elegido como el mejor sitio para poder observar el fenómeno. El hombre contó cómo se enteró de la noticia y también cómo le afectó la pandemia en su trabajo.
En diálogo con Infobae, Marcelo Veggia dueño de “Tunquelen Lugar de Descanso”, un hospedaje rural de 8 hectáreas situado en la localidad de Ministro Ramos Mexía, a unos 200 km de Las Grutas, reveló que el día del eclipse cambiaría por completo el paradigma del camping, no obstante, la pandemia lo dejó casi en quiebra.
Fue en el 2017 cuando el hombre recibió un mail de unas personas alemanas que le confirmaban que en el 2020 ocurriría un eclipse y que se podría ver desde su complejo, siendo que estaba catalogado como el mejor punto para poder observar el fenómeno.
En este contexto, Veggia dijo: “Pensé que era una joda y no le presté mucha atención. Pero como ellos insistían en hacer una reserva, les mandé mi número de cuenta y cuando me depositaron el dinero recién ahí lo tomé en serio”.
Pasó el tiempo, y lo contactaron también desde Japón, por el mismo motivo, le dijeron que formaban parte de una empresa que se dedicaba a llevar contingentes a ver eclipses a diferentes partes del mundo, y que tenían pensado quedarse en su hostería. “Ellos vinieron en el invierno de 2018 y después el 14 de diciembre de 2019, justo el mismo día en que tendría lugar el eclipse solar al año siguiente porque querían ver cómo era el día del eclipse un año antes para estudiar el clima”.
Entre tanta reserva y tanto interés por hospedarse en su complejo, el hombre comenzó a investigar si efectivamente era así como le comentaban. “Me enteré que el eje central de eclipse iba a pasar a 300 metros del complejo nuestro. Recién ahí entendí el porqué de la insistencia de los japoneses y alemanes”.
Ante esto, Marcelo contó que debido a la concurrencia, no solo de extranjeros, sino también de argentinos, decidió ampliar el establecimiento, e invirtió más de $1 millón en obras de infraestructura debido a que recibirían a unos 400 turistas.
Veggia amplió a 30 camas la capacidad de las cabañas, remodeló los baños, hizo instalaciones de agua y luz nuevas y conectó el WiFi. “Lo más alocado fue cuando los alemanes me preguntaron si tenía una pista de aterrizaje en el lugar porque ellos querían venir directamente desde Ezeiza para acá”, detalló sorprendido por semejante petición.
No obstante, pasado el tiempo, y llegado el coronavirus al mundo, el plan comenzó a decaer. “Continuamos mensajeándonos por Whatsapp hasta que se desató la pandemia y se cayó todo lo pactado”, se lamentó el emprendedor. Reveló también que los japoneses, quienes no pudieron asistir finalmente al lugar, no reclamaron el 10% de la reserva, por lo que se mostró contento.
“No me quejo, pero fue un año duro para nosotros. Tenía mucha expectativa y vi que se acercaba la fecha y seguíamos asilados por la pandemia…”, dijo Veggia. Y concluyó: “Con esto del eclipse ya no me enganchan nunca más. Casi quedo en la ruina”.