Un estudio realizado por científicos del Conicet detectó particulas de plástico en varias especies de animales en el Canal de Beagle, el hallazgo fue calificado como "elevadísimo" para la zona.
El estudio estuvo a cargo de Analía Pérez, biologa e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), quien hace más de tres años se encuentra realizando investigaciones sobre microplástico en el mar argentino.
Tomando muestras de mejillones y lapas (invertebrados de la familia de los caracoles), descubrieron que la concentración de estas micropartículas en la bahía de la ciudad de Ushuaia es igual al de grandes urbes industrializadas de Europa.
"La concentración en Ushuaia es elevadísima, siendo que no es una ciudad tan grande y se encuentra en una región tan aislada" detalló Pérez en una entrevista brindada a La Voz.
Además agregó "en la zona costera de Bahía de Ushuaia se encontraron aproximadamente 8 partículas plásticas por mejillón, un valor comparable con los hallados en las zonas cercanas a otras grandes urbes. Todos los ejemplares que muestrearon presentaban microplásticos".
En este sentido la investigadora advirtió sobre el peligro que implica la contaminación de las micropartículas para los animales "estas se van acumulado a lo largo de la red trófica-es decir, la interconexión natural de las cadenas alimenticias-. Afectando su normal funcionamiento, que a la vez implica un riesgo para las personas cuando los consumen". Se estima que por esta razón, un ser humano puede llegar a ingerir 14 partículas de microplásticos por día, lo que es altamente peligroso ya que contienen metales pesados y pésticidas orgánicos.
La producción mundial de plásticos ha aumentado desde 1,5 toneladas generadas en la década de 1950 a más de 322 millones de toneladas en el año 2018. La magnitud del problema no tiene límites: Se calcula que hay 8,3 millones de micropartículas de plástico por metro cúbico de agua en el océano. Muchas "viajan" por las corrientes marinas, llegando a los sitios más remotos. En 2018, se encontraron piezas de microplástico en la Antártida. Pero además se puede encontrar este material en lagos, ríos, en el suelo y en la misma atmósfera.
En este contexto de aceleración del cambio climático producido por la alta contaminación, Pérez señaló "prevenir la contaminación del plástico implica repensar su uso. "Hay que empezar a reutilizar, porque, indefectiblemente, gran parte del plástico termina en los océanos. Es muy difícil pensar en no tener plástico en nuestro entorno, pero es importante reducir su consumo innecesario. También considero que producir más el tipo de plástico que se biodegrada más rápidamente puede ayudar a prevenir la polución"
"Igualmente, las conductas no son individuales, los cambios también tienen que ver con políticas públicas", finalizó la biológa.