El vuelo de Aerolíneas Argentinas 2895, que había partido desde Ushuaia con destino a Buenos Aires, tuvo que aterrizar de emergencia en Río Gallegos, Santa Cruz, luego de que un pasajero sufriera "un brote psicótico".
El avión despegó en horario y con ruta directa, como estaba programado, hacia el aeropuerto Jorge Newbery de Buenos Aires. Poco tiempo después de alcanzar la altura crucero "un pasajero de nacionalidad brasileña tuvo un brote e intentó golpear a otras personas", relató el vicegobernador Arcando, quien viajaba a la provincia de Salta para mantener una reunión con el gobernador Urtubey.
"Lo pudimos contener entre varios pasajeros. Por suerte viajaba del lado de la ventanilla y no pudo desplazarse, porque de lo contrario hubiera sido más complicado todavía",dijo el vicegobernador.
El funcionario fueguino contó que un médico, que también viajaba como pasajero, solicitó a las auxiliares de a bordo el botiquín de la aeronave. "Mientras lo teníamos, un médico con la medicación del botiquín que tiene el avión, lo sedó", dijo Arcando.
"La familia que viajaba con él también llevaba otra medicación. De todos modos el piloto resolvió aterrizar de emergencia en Río Gallegos", indicó el vicegobernador provincial.
¿Qué es un brote psicótico?
Un brote psicótico se define como una ruptura de la realidad de forma temporal. Puede ser provocada por diversas causas, pero la más frecuente es una fuente de estrés potente y constante en el tiempo o debido a un consumo de alguna droga, principalmente todas aquellas que poseen un principio activo de tipo alucinógeno.
El brote puede durar días, semanas o meses, pero con el tratamiento médico apropiado lo normal es que la persona se estabilice y vuelva a la vida diaria. Si los síntomas y los brotes persisten, entonces la vida de la persona se puede ver afectada de modo permanente.
¿Cómo actuar ante esta situación?
Mantener la calma, sin amenazar ni gritar a la persona afectada. Usar frases sencillas con tono pausado y claro. Durante situaciones de crisis tratemos de que siempre estén por lo menos dos personas con el afectado. Si es necesario, una de estas personas debe llamar a un profesional de salud, mientras que la otra permanece con la persona en crisis.
No pelear ni discutir con el resto de la familia sobre las "mejores estrategias" para resolver la situación o sobre quién es culpable de lo que está sucediendo.
Si el afectado está sentado, no nos pongamos de pie frente a él, sentémonos también cerca de él, pero evitando el contacto visual directo y sin tocarlo procurando conceder lo que nos solicite, siempre que no sea peligroso o irrazonable.