Javier Branca, concejal electo por el Partido Verde de la ciudad de Ushuaia, vivió un momento único durante la campaña. Más allá del resultado de las elecciones y los seguidores que lo prefirieron como representante, tuvo el apoyo pleno de su familia que, por razones de distancias de residencia no pueden estar tanto tiempo juntos como desearían, se unieron para ayudarlo.
Del primero en acordarse fue del compañero que lo sigue desinteresadamente todos los días, su hijo Eliseo. "Mi hijo está sumamente contento, lloraba de la emoción. El año pasado me dijo que estaba orgulloso de mí, por lo de las viviendas, por lo que implica llegar al barrio y ver la relación que hay entre los que vivimos en el barrio. Hay una relación de mucha confianza y mucho cariño. En ese contexto me dijo que estaba orgulloso de mi y eso para mí es el premio mayor al que puedo aspirar", contó.
También resaltó que "Yo me fui de mi casa a los 15 años. De ahí en más a mi madre la veía, pero no tenía una relación de madre e hijo tradicional y la campaña permitió que mi vieja venga acá a atenderme como madre, eso estuvo interesante, estuvo lindo". Aunque se lamentó que "no la pude sacar a ningún lado, no fuimos a ningún lado a pasear y ya se volvió".
Él es nacido en Mar del Plata, pero su madre y hermanos viven en Bella Vista, Corrientes. Esta situación lo lleva a estar lejos de la familia, pero también con uno de sus hermanos tuvo un episodio muy bueno que, sin pensarlo terminó en victoria. Aunque no han compartido mucho y se ven tres días en el año "se sumó armando parte de los spots de la campaña, porque estudia diseño gráfico. Fue la primera actividad que hicimos juntos, es lo primero que compartimos y eso fue maravilloso", expresó.
"Cuando le contaba a Eliseo, mi hijo, íbamos en el auto y me puse a llorar, porque me emocionó. Esto fue algo totalmente inesperado, que mi hermano hiciera un afiche de campaña en broma, lo compartió en el grupo de los hermanos y ahí empezamos a intercambiar sobre el tema. Fue una cosa muy linda la que viví con mi hermano", resaltó.
Javier viene trabajando hace años con la cooperativa de viviendas "Nuestro techo". Con el trabajo realizado en conjunto con sus compañeros, no solo lograron construir casas, sino que también lograron formar un grupo sólido, con intereses comunes y más que nada fortalecieron los valores de gente de bien. La confianza, la fe y la esperanza, son los factores que mueven a este grupo humano.
"Espero ser una herramienta útil para la gente que necesita vivienda y ha depositado expectativas y esperanzas en que uno sirva. Espero poder servir, ser útil", dijo Branca y agregó que "Es gratificante poder hacer algo. Pasar por la vida sin hacer nada, es aburrido. Me interesa poder dejar una cuotita de aporte a una ciudad un poco mejor".
Su accionar tiene paralelismo con la línea de pensamiento de Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay. "De los personajes que aún viven, es un ícono de que se puede hacer política sin pensar en enriquecerse personalmente, sino servir a la comunidad. En eso me parece un ejemplo y una persona que tomo como una referencia importante. Me hace acordar a mi abuelo, porque lo que se dice, se hace. Yo me crie con mi abuelo y mi abuelo me educó así. Lo poco que decía había que cumplirlo", remarcó.
Sin dudas los valores que hoy se ven como algo utópico e imponsible de adoptar para convivir y vivir en plenitud en pos de un país mejor, son los que pregona Javier y materializa a través del trabajo cooperativista que ejerce junto a los miembros de "nuestro techo". Ahora solo queda esperar a asumir la banca y comenzar otra carrera, la de cumplir con la palabra llevando soluciones a la gente u orientándolos en la solución de sus dificultades.