La Unión de Rugby de Tucumán preparó un sistema protocolar para que todos los equipos lleven a cabo sus actividades, teniendo en cuenta el contexto actual y siguiendo las normas sanitarias.
Así se fue adaptando el plantel femenino de Tafí Viejo Rugby Club, que durante la pandemia recurrió a las conexiones virtuales para no estar tan lejos de lo que es su pasión.
Walter Díaz, entrenador del equipo hace cuatro años, nos comentó cómo trabajaron, adaptándose a las nuevas modalidades.
“Nos manteníamos en contacto a través de las redes sociales y les pasaba trabajos individuales para que realicen en sus casas. También con reuniones de Zoom organizamos una especie de competencia entre ellas donde enviaban sus videos a un grupo de WhatsApp y junto al Preparador Físico las evaluamos. Al final de seis semanas les entregamos un premio a la mejor con el fin de mantenerlas en movimiento y motivadas”, comentó.
Actualmente, el plantel cuenta con 15 chicas y están entrenando los días martes y jueves a las 19 horas con todos los cuidados.
“Pienso que la vuelta de competencia se tendría que dar siguiendo todos los protocolos, así como están volviendo las demás disciplinas, teatros, bares, etcétera. Además es al aire libre”, agregó.
Walter fue colaborador y entrenador en las infantiles del club y toda esa experiencia adquirida, la trasladó al equipo superior.
“En los últimos años, el rugby femenino en nuestra provincia creció mucho. Pasó de haber 3 o 4 clubes a tener más de 15 equipos en toda la provincia y eso muestra un crecimiento exponencial grandísimo. Les digo a las chicas que por ahí no se animan que vayan al club que tengan más cerca. Allí van a encontrar muy buen ambiente y buenas personas. Al rugby puede jugarlo cualquier persona que quiera hacerlo”, expresó.
El Staff técnico está compuesto por Luis Herrera, quien es el mánager deportivo y se encarga de la parte administrativa del femenino del club. Y Antonella Barreiro, esposa de Díaz, es una exjugadora que ahora colabora siendo ayudante del técnico.
“El objetivo principal es volver a afianzarnos como equipo y al tener una base lograda de años anteriores, creemos que es hora de dar un salto de calidad. Nos retrasó un poco el proyecto la pandemia pero las chicas se mantuvieron unidas más allá de no tener juego. El rugby es parte de mi vida y el club mi segunda casa. Trato de llevarles a mis jugadoras, enseñanzas, valores, respeto, compromiso y amistad”, finalizó Díaz, muy emocionado por llevar, junto a sus dirigidas, la pasión por el deporte al máximo.