En la sede del Partido Justicialista de esta ciudad se realizó un acto con motivo del “Día Nacional de desagravio al pueblo tucumano por el cierre masivo de ingenios azucareros pergeñado por la dictadura militar de 1966″, con la participación de vecinos de localidades que sufrieron el cierre de los ingenios “y de una u otra manera se disgregaron sus familias”.
El dirigente del Movimiento Evita, en Tucumán, Gustavo Herrera, psicólogo social señaló que “pensamos que uno de los casos que no ha sido tan estudiado en la provincia de Tucumán, es el impacto que significó en el año 1966, que se cerraran 11 ingenios y que más de 200 mil tucumanos o 45 mil familias, es lo que se conoce, hayan sido desplazados u obligados a emigrar”.
Continuó diciendo que “una gran cantidad emigraron a Buenos Aires. Eran muchos de ellos trabajadores calificados que trabajaban en los ingenios. Una clase obrera que, además, estaba bastante organizada en la FOTIA(Federación Obrera de Trabajadores de la Industria Azucarera), en su momento”.
Aclaró que “el proyecto original de la dictadura de (Juan Carlos) Onganía, porque fue el gobierno de lo que se denominó en ese momento la Revolución Argentina, vino a generar lo que se llamó “la miseria planificada”, lo que decía nuestro compañero Rodolfo Walsh”.
Continuó diciendo que “lo que hizo Onganía fue poner un ministro de Economía, a Krieger Vasena, que estaba directamente vinculado a los intereses norteamericanos y poner una persona como Néstor Salimei, que era subsecretario para las Economías Regionales. Y Salimei en vinculación con la oligarquía del norte , o sea concretamente con los Blaquier y algunos ingenios de salta. ¿Qué hicieron? Le quitaron los cupos a los ingenios de Tucumán”. Remarcó que “en realidad el proyecto de ellos era cerrar 19 ingenios, pero fue tal la resistencia en Tucumán, la resistencia en los pueblos y solamente pudieron cerrar 11. Que no es poco”.
Reflexionó que “hoy a la distancia se puede tomar dimensión de la catástrofe que eso significo. Creo que Tucumán nunca se recuperó de semejante golpe”.
Explicó que “para los tucumanos que naturalizamos que siempre hubo villa miseria, no es cierto. Yo tengo el testimonio de una que se armó atrás de la COOTAM (Cooperativa de Tamberos) en esta ciudad, con el cierre de los ingenios. La gente que fue desplazada fue a vivir ahí y se llamó “Villa Piolín”, porque con piolín distribuían los terrenos”.