La médica tucumana Cecilia Ousset, cuyo nombre tomó relevancia luego ser imputada por "homicidio agravado" tras practicar una Interrupción Legal del Embarazo (ILE) a una niña de 11 años violada por la pareja de su abuela, mencionó que, según la Convención Internacional de los Derechos Humanos, "el embarazo infantil forzado es tortura".
Ousset, es ginecóloga, vive en San Miguel de Tucumán y escribió en 2018 una carta pública a favor de la despenalización del aborto. Este jueves, participó del 2° Congreso Mundial "Infancia sin Violencia", donde brindó la conferencia "Niñas madres".
En el panel la acompañaron Nelly Minyersky, presidenta del Parlamento de las Mujeres en la Legislatura porteña, y Celeste Mac Dougall, docente especializada en Educación Sexual Integral (ESI).
Si bien Ousset trabaja hace varios años como ginecóloga, en febrero, protagonizó otra noticia de alcance nacional cuando fue convocada por el Ministerio de Salud de su provincia para intervenir en el "caso Lucía", la niña de 11 años que quedó embarazada como producto de una violación.
"Lucía vivía en el límite entre Tucumán y Santiago del Estero, en un pueblo pequeño que se llama 7 de abril. Acudió embarazada al centro de atención primaria de la salud y le negaron la ILE", relató la médica.
Y, continuó: "La madre fue a la abortera de la zona, quien no se animó (a practicar la interrupción del embarazo) porque la nena tenía los genitales no desarrollados". Ya con varias semanas de gestación, la menor de edad concurrió junto a su madre a la maternidad de San Miguel de Tucumán, en el hospital Eva Perón.
"Allí no sólo se le negó la ILE, sino que comenzaron una serie de torturas, porque para la Convención Internacional de los Derechos Humanos, el embarazo infantil forzado es tortura", afirmó Ousset.
"Un embarazo infantil forzado es el que ocurre en niñas menores de 15 años, que no lo han deseado ni planeado y a las que se les niega o demora la ILE", consideró la ginecóloga y recordó que la primera causa del embarazo infantil forzado es el "abuso sexual con violación".
Para Ousset, el embarazo infantil puede convertirse en maternidad forzada por varias razones, entre ellas la "falta de acceso al sistema de salud o la negativa de este sistema a practicar la ILE, y una sobrevaloración de la maternidad por parte de la sociedad".
Por otro lado, destacó que "muchas veces el abusador es quien lleva la manutención al hogar y por eso la niña sigue viviendo con él y se lleva adelante embarazo".
La médica también advirtió sobre los "riesgos físicos y psicológicos" del embarazo infantil, ya que, por un lado, en las niñas menores de 15 años "el cuerpo no está desarrollado y tienen cuatro veces más riesgo de morir que una mujer embarazada mayor de 21 años, además de que acuden a abortos clandestinos".
Por último, señaló las "consecuencias económicas", ya que "son chicas que en un 50 por ciento interrumpen su escolaridad, por lo que acceden a trabajos menos remunerados, no tienen acceso a la salud y, de ese modo, se perpetúa la pobreza por dos o tres generaciones".
"Nunca imaginé estar en un banquillo acusada de homicidio", concluyó Cecilia Ousset y aclaró: "si me preguntan, lo volvería a hacer".