Los vehículos eléctricos todavía son un pequeño porcentaje dentro del transporte individual en Argentina, pero esto no va a ser siempre así. La tendencia a nivel mundial es el avance de este tipo de autos antes las inminentes consecuencias del cambio climático.
En todo el planeta se pusieron fechas concretas para impulsar una matriz de transporte basada en energías renovables.
Los países que son parte de la Unión Europea confirmaron que, a partir del 1 de enero de 2035 quedará prohibida la venta de automóviles que emitan gases contaminantes.
Según informó la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA) durante 2022 fueron patentados 7.849 vehículos no convencionales de los cuales 7.588 fueron unidades híbridas y 260 eléctricas. Estas cifras representan un aumento del 33,4% respecto de 2021, mientras que en relación al 2020 constituye un crecimiento del 231,9%.
Cuáles son los beneficios de los autos eléctricos
Este tipo de transporte aparece como una alternativa más limpia y eficiente en comparación con los vehículos que utilizan combustibles.
Ayuda de esta forma a reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y evita la extracción de combustibles en muchos países que luego sufren la contaminación.
Por qué no crecen los autos eléctricos en Argentina
Hay una falta de cargadores e infraestructura que imposibilita el desarrollo de este sector.
Jorge Sanvitale, director de la compañía de cargadores Mehcco S.A. explicó que “la transición hacia la movilidad eléctrica presenta desafíos significativos y uno de los mayores obstáculos es la falta de infraestructura de carga, ya que los conductores de vehículos eléctricos necesitan saber que pueden cargar sus vehículos con facilidad en cualquier lugar al que viajen”.
Actualmente, la infraestructura de cargadores para vehículos eléctricos e híbridos en la Argentina está en etapa de desarrollo.
Hay alrededor de 200 estaciones de carga en todo el país y la mayoría se encuentra en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores.
En 2023 se comercializan en la Argentina tres diferentes tipos de puntos de recarga: el clásico, para uso domiciliario con tiempos de carga estimados entre 3 y 10 horas; el semirápido, ideal para empresas de logística, aeropuertos, shoppings y parkings de grandes superficies con tiempos de carga de entre 1 y 3 horas y el rápido, conveniente para la vía pública, la ruta y las estaciones de servicio, con tiempo de carga aproximado en 20 minutos.
“Es importante tener en cuenta que el desarrollo de la infraestructura de carga eléctrica en las estaciones de servicio en Argentina está en una etapa muy temprana. Si bien existe un creciente interés en la adopción de vehículos eléctricos, la demanda de cargadores en las estaciones de servicio todavía no es significativa porque existen barreras legales que impiden que las estaciones vendan la electricidad que consumen los puntos de carga a terceros. Es algo que, por el momento, no está regulado para la venta y que funciona como barrera para la transición hacia la electromovilidad”, subrayó Sanvitale.
“Con todo, confiamos en que la instalación de puntos de carga puede tener un impacto significativo en la economía del país a partir de la creación de empleo, la inversión en tecnologías limpias y la reducción de la dependencia del petróleo importado, entre los beneficios que pueden derivarse de la transición hacia la movilidad eléctrica”, agregó el empresario.