“Sos un perro”: el duro relato del tenista “Machi” González sobre el maltrato de su entrenador Raúl Pérez Roldán

Máximo González habló de las duras palabras que tenía su entrenador durante su etapa de formación.

“Sos un perro”: el duro relato del tenista “Machi” González sobre el maltrato de su entrenador Raúl Pérez Roldán
Machi González ganó un partidazo en US Open (Foto: AP / Archivo).

Raúl Pérez Roldán, el polémico entrenador de reconocidos tenistas de Tandil, vuelve a estar en el ojo de la tormenta. Es que en esta oportunidad habló Máximo “Machi” González sobre el trato que padeció por parte de su coach durante su etapa de formación: “Me decía ‘vos sos un perro con raqueta’”

En diálogo con el Podcast 3iGuales, el mejor doblista argentino, nacido en Tandil, reveló lo que padeció bajo la tutela de Raúl Pérez Roldán y contó los dolores de cabeza que vivió. Desde pelotazos e insultos hasta un acuerdo económico que casi lo deja en la ruina y fuera del tenis profesional.

Recuerdo. Guillermo Pérez Roldán se entrena bajo la mirada de Raúl durante una pretemporada en Tandil en los '80. (La Nación / "Historia del Tenis en la Argentina/R. Andersen y E. Puppo")
Recuerdo. Guillermo Pérez Roldán se entrena bajo la mirada de Raúl durante una pretemporada en Tandil en los '80. (La Nación / "Historia del Tenis en la Argentina/R. Andersen y E. Puppo")

Machi González es uno de los tenistas que representa a Tandil a nivel mundial. Llegó a estar entre los mejores 60 singlistas del mundo, actualmente es uno de los seis tenistas que más títulos challengers ha ganado en su carrera y como doblista, es parte del equipo argentino de Copa Davis, pero su comienzo en la actividad no fue sencillo.

“Por momentos lo pasé muy mal, porque mientras iba ganando en los torneos, la cosa estaba bien, pero si perdía me decía que era un burro. Un día estaba jugando un Future en La Martona y él me hablaba y me hablaba y, en un momento, le dije que se callara. Cuando terminó el partido me vino a buscar y me agarró de la remera, pero yo lo saqué con mi brazo y eso fue algo violento fuera de la cancha” reveló Machi González, que agregó: “Raúl tenía un trato de mucha presión psicológica, te comía la cabeza”.

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La presión cada día era mayor y las agresiones llegaron: “Estábamos entrenando y siento que me grita ‘¡movete!’ Yo me doy vuelta, miro y veo pasar su raqueta por al lado de mi cabeza (y la gira, como imitando el movimiento que tuvo que hacer para esquivarla). Otro día me dijo que no me estaba moviendo y me empezó a tirar pelotazos hacia las piernas, para pegarme en los gemelos. Me los dejó doliendo, me mataban los gemelos, y me tenía que empezar a mover, aunque sea medio rengo”.

Por otra parte, aún retumban en la mente de González las constantes agresiones verbales que aparecían cuando las cosas no salían como Pérez Roldán quería: “Me acuerdo que Raúl me decía: ‘vos sos un perro’. Así me decía”.

Machi González detrás, y Del Potro con todo su cansancio en el dobles (Foto: Télam).
Machi González detrás, y Del Potro con todo su cansancio en el dobles (Foto: Télam).

“Un día se puso a hablarme sobre mi futuro en el tenis y me dijo: ‘Vos sos un perro con raqueta, pero podés llegar a estar entre los 200 o 300 del mundo. Vas a vivir del tenis, vas a ser profe, a jugar Interclubes o torneos por plata, pero vas a vivir del tenis, porque podés llegar a estar entre los 200 o 300 del mundo, pero eso sos, un perro’”, lanzó, de manera imprevista, Máximo González al hablar de las duras palabras que tenía su entrenador durante su etapa de formación.

Al recordar esos momentos, el tenista de Tandil confesó que sus manejos psicológicos de presión, que lo humillaban, dejaron su huella: “Era un maltrato psicológico muy feo. Yo lloraba por las noches. Noches y noches llorando”.

Máximo González y las peleas con su padre: “Raúl le decía que era un irresponsable”

Día a día, entrenamiento a entrenamiento, el ambiente y el diálogo con Raúl Pérez Roldán se volvía más hostil. Con un inicio complejo, ya que González no podía afrontar los altos costos que le imponía el tenis, el entrenador ofrecía solventarlos a través de sponsors que eran sus amigos, aunque el destino de los fondos, por momentos, no era el correcto.

“Todo el tiempo era estar nervioso, porque si yo me levantaba, él me preguntaba qué iba a hacer. Si yo le respondía que me iba a sentar a ver televisión, me decía: ‘¿Por qué no agarrás un libro?’ Si me iba a tirar un segundo en la cama me lanzaba un ‘¿no tenés algo más constructivo para hacer?’ Era estar todo el tiempo con la sensación de estar siendo vigilado, por eso, yo pensaba en algo en lo que él pudiera estar pensando, para hacer algo por lo que no me dijera nada. Todo el tiempo era así, te presionaba, te perseguía psicológicamente”, relató el tenista de Tandil.

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Esta sensación de estar constantemente ante la atenta mirada de su entrenador hizo que haya conflictos internos dentro de su familia, a tal punto que “Machi” González se peleó con su padre, Juan Carlos.

“Las únicas dos que peleas que tuve con mi viejo fueron por culpa de Raúl. Yo iba a entrenar, tendría 17 o 18 años, y si Raúl se enteraba de que yo había salido el fin de semana, como cualquier otro chico de mi edad, lo llamaba a mi papá y le decía que no me estaba moviendo en los entrenamientos y que era porque yo salía. No había pelea ni nada, simplemente era dejar de hablarme. Todo por culpa de Raúl, que lo llamaba a la oficina y le decía que yo no era un irresponsable, que no entrenaba, que estaba perdiendo el tiempo”, afirmó el tenista, que logró confesarle lo que ocurría a su padre en Francia, cuando su carrera estaba al borde del colapso y, consecuencia del contexto hostil, a punto de abandonar la actividad profesional.

Máximo González y Raúl Pérez Roldán trabajaron juntos en los inicios en la actividad profesional del tenista, que tenía serios inconvenientes económicos para desarrollar su carrera con normalidad.

“Mi viejo me llamó y me dijo que estaba con Raúl y que él tenía un sponsor para mí, que volviera a Tandil para conversarlo. Yo lo dudé mucho, porque ya conocía el currículum de Raúl por parte de Zabala (Mariano Zabaleta). Yo ya hablaba más con Mariano y ya sabía lo que había pasado con él”, explicó González, que trabajó tres años con el polémico entrenador.

El acuerdo entre ambos era el siguiente: el contrato indicaba una inversión económica a través de sponsors a cargo de dos amigos de Pérez Roldán de donde salían los recursos para los gastos del tenista, que debía devolver un porcentaje de los premios al entrenador.

Máximo González y el complejo inicio de su carrera con Raúl Pérez Roldán
Máximo González y el complejo inicio de su carrera con Raúl Pérez Roldán

“Como los que ponían la ‘guita’ eran sus amigos, en realidad, Raúl no quería que corrieran con esos gastos. Por eso me llevó a jugar a Francia en los torneos privados. Yo venía muy bien, y con el dinero que ganaba viajábamos a jugar los Futures, para sumar puntos en ATP. Pero si yo no ganaba esos Futures me decía que yo no estaba preparado para jugar torneos de ATP y, entonces, me volvía a llevar a jugar esos torneos por plata”, confesó el tandilense.

Si bien su performance en los torneos privados era muy buena, no competía en torneos de ATP, por lo que su posición en el ranking no mejoraba y el dinero que ganaba en las competencias, no alcanzaba.

“Yo estaba jugando muy bien, tenía 18 o 19 años y ganaba buena plata, unos mil euros a la semana, porque jugaba tres o cuatro torneos por semana. Un día me iba a jugar a un lado, cruzaba la calle y jugaba otro y, así, juntaba la plata, pero no puntos. Y Raúl, a esa plata, me la hacía utilizar para pagar los gastos y viajes para jugar los torneos Futures, entonces, en realidad, terminaba siendo yo mi propio sponsor. Yo jugaba y me administraban ellos, sin poner un solo peso”, lanzó “Machi” González.

Al preguntar por qué no competía en torneos de ATP, Raúl Pérez Roldán era fulminante: “Cuando estés listo para jugar ATP, yo te lo voy a decir”.

Mientras observaba cómo pasaban los años y su situación era similar, en 2005, sus miedos y angustia tocaron fondo. Es por eso que una familia de Francia lo ayudaron a tomar la posición: “Me vieron tan mal que me preguntaron qué sucedía, les conté y ellos me decían que esto no podía ser así. Mi angustia era porque yo estaba cansado de jugar por plata y no en torneos”.

Allí llegó el gran problema, ya que para desvincularse de Pérez Roldán, debía pagarle 100 mil dólares por cada año de incumplimiento o que Máximo González no debía competir más en el tenis profesional.

"Machi" González cayó en semis del Challenger de Milán
"Machi" González cayó en semis del Challenger de Milán

“Tenía que largar el tenis, era así. Yo estaba 700 del mundo y le avisé a Raúl que no viaje, que me volvía. Me quedaban tres años y medio de contrato, por lo que necesitábamos 350 mil dólares. Me vuelvo a Tandil y voy con mi viejo a juntarme con él y con los sponsors, les dije que arreglábamos algo que se pudiera conseguir o yo largaba el tenis. Terminamos acordando un número, unos 60 mil dólares, de los que se pagaría la mitad y, después, cinco mil durante seis meses y ahí fue como me pude abrir”, reflexionó el tandilense, que también agradece a su “familia francesa” que “salió a mi rescate sin contrato, sin nada. Ese hecho salvó mi vida deportiva”.

A partir de allí, Machi González se dedicó, enfocado y decidido, a su carrera profesional: “Me presenté en las qualies de dos challengers, en donde ya estaba Del Potro, antes de que ganara en Uruguay. Jugamos el dobles juntos y llegamos a la final. Después me vine a jugar un circuito de siete Features, gané en el Buenos Aires, gano otro, gané tres. Crucé a Chile, gané otro más y de ahí jugué la qualy de la Petrobras y llegué a semifinales. También hice semi en Uruguay y cuartos en Argentina, había empezado el año en el puesto 750 y terminé 180. Sentía que me había liberado”.

“Por suerte logré salir de esa zona oscura y pude llegar a jugar challengers que, para mí, era como jugar Roland Garros. Me daban toallas, cambiaban pelotitas, había ballboys, te daban de comer y hotel, después de haber pasado por todo lo que pasé, era una cosa de locos. En ese momento sentí que podía llegar”, reconoció el tenista.