Juan Carlos Marino, el senador radical denunciado en la Justicia por abuso sexual por una empleada parlamentaria, sigue en silencio desde la semana pasada. Podría aparecer este miércoles, en una sesión en la que trascendió que les pedirá a sus colegas que le quiten sus fueros. Pero todavía nadie lo confirmó. El caso conmueve al mundo de la política: en los pasillos del Palacio del Congreso vaticinan más denuncias.
En este contexto, este lunes Marisol De Ambrosio, militante de La Cámpora y periodista de la agencia estatal de noticias, Télam, acusó al diputado nacional Juan Cabandié, del Frente para la Victoria, de haberla acosado verbalmente.
"Durante años, quienes fuimos militantes nos callamos porque 'no convenía' hablar de abusos en las filas kirchneristas: no quisimos que quienes fueron nuestros compañeros, ni nuestros familiares o nuestros amigos, nos acusen de traidoras del Proyecto Nacional. Si nombramos a Juan Cabandié como uno de los más famosos acosadores de La Cámpora (conmigo lo hizo verbalmente y delante de todos en un campamento en Cañuelas), o a personajes menores como Julián Eyzaguirre (ya denunciado por violencia de género), nos condenan a la esquina donde yacen los "funcionales a la derecha", dijo De Ambrosio en una columna publicada en el portal Infobae titulada "Militantes de La Cámpora: no se callen más".
Otro dirigente de La Cámpora, Jorge "Loco" Romero, anunció la semana pasada que renunciaría a su banca en la Legislatura bonaerense, también acusado de abuso sexual, pero la dimisión aún no se hizo efectiva y está en duda. Y este lunes se conoció que Luis María Rodríguez, director de Deportes del municipio bonaerense de San Pedro, se suicidó el sábado a la noche tras ser acusado de violación.
A estos casos se les suma el del diputado nacional del peronismo José Fernando Orellana (Tucumán), a quien el 11 de noviembre de 2016 una asesora de la entonces diputada nacional Gabriela Troiano (Partido Socialista), de seudónimo "Luz", lo acusó de haberla acosado verbal y físicamente en su oficina del Anexo de la Cámara Baja, tras lo cual presentó una denuncia penal.
Orellana sigue en su banca y no hay pronunciamiento de sus colegas ni fallo judicial.
Espíritu corporativo
Respecto de Marino, el jefe del interbloque Cambiemos del Senado, el radical Luis Petcoff Naidenoff (Formosa), afirmó que "la pelota está en la cancha de los jueces y fiscales" y pidió celeridad en el avance de la causa.
"Yo hablé con Juan Carlos, lo conozco desde hace muchos años al senador, lo conozco porque compartimos la banca. Yo hablé esa noche (del jueves 13 de diciembre, cuando se conoció la denuncia por abuso sexual) y... qué te puedo decir, lo noté destruido, como cualquier persona. Uno tiene familia, tiene hijos. Pero quiero ser objetivo: hay una causa, una denuncia que es grave, y más allá de que sea un compañero de bancada, nosotros no tenemos espíritu corporativo", dijo.
Petcoff Naidenoff destacó que Marino se pondrá a disposición de la Justicia y ofrecerá "todo lo que se pueda, ante tamaña acusación, para el ejercicio de su propia defensa", y sostuvo que sin perjuicio de los fueros parlamentarios, "la investigación judicial está garantizada".
"Si el senador llega a ese extremo (de pedir su desafuero), lo hace como un gesto político, porque de arranque ya hay una acusación muy fuerte, una condena social anticipada, y ante esa condena social anticipada lo que te queda son gestos políticos quizás de esas características, pero eso lo veremos en los próximos días", aseveró.
La semana pasada, Claudia Guebel radicó la denuncia por abuso sexual en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4, a cargo del fiscal Carlos Stornelli.
En su denuncia acusó a Marino de haberle tocado los pechos la primera vez que fue a su oficina para que le firmaran la planilla de asistencia. "Empecé a recibir mensajes de WhatsApp a mi celular desde el suyo en los que me decía: '¿Dónde estás?', '¿dónde vivís?', 'voy a estar por allá, me doy una vuelta', 'preparate, que voy a tu casa'. Me enviaba videos alusivos al sexo. Quiero aclarar que yo no tenía vínculo alguno con él, ni de confianza ni de amistad. Este tipo de mensajes me los enviaba constantemente, varias veces por semana", relató.
Posible suspensión
Los fueros de los senadores y diputados de la Nación son de arresto y opinión. Es decir que durante su mandato no pueden ser molestados por sus opiniones ni ser detenidos. Para que Marino se quede sin fueros el Senado debe aprobar en sesión esa quita de inmunidades con los dos tercios de los votos de los presentes y en tal caso quedaría automáticamente suspendido en sus funciones, en virtud del artículo 70 de la Constitución, reglamentado por la ley de Fueros del año 2000.
Al día siguiente de la denuncia, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, hizo saber que conversó con Marino, quien le transmitió que las acusaciones no eran ciertas y que declinará de sus fueros.
Pero en las últimas horas tanto Naidenoff como la vicepresidenta, Gabriela Michetti, pusieron en duda la posibilidad de que Marino pida el desafuero. En las próximas horas se sabrá la decisión del legislador pampeano.