La Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf) propuso, este año, dejar de decir "Día del Niño" al tercer domingo de agosto y reemplazarlo por "Día de las Infancias", porque, dijeron, "queremos celebrar la diversidad de toda la niñez" y así "visibilizar las transformaciones producidas en los últimos años en el plano social, cultural y normativo".
Pero, por un lado, este domingo la cuarentena impidió que la gente se reúna en la tradicional celebración de la niñez, y por otro, la situación social que atraviesan muchas familias las obliga a pensar en comer o abrigarse antes que en regalos para los mas pequeños.
Este es el caso de muchos grupos familiares que viven en los conglomerados de viviendas sociales en Santa Rosa y que transitan la cuarentena tal vez sin la posibilidad de trabajar para poder ganarse el sustento y satisfacer las necesidades básicas de los suyos.
A pesar de ese contexto, hay personas que cotidianamente le ponen el cuerpo a la situación económica y ayudan solidariamente en distintos barrios, cocinando y repartiendo viandas, ropa, frazadas y bolsas con alimentos para contribuir a que las familias necesitadas puedan paliar, en parte, sus carencias.
Este es el caso de Ana Vicciatti y Sebastián Lagos, una pareja de jóvenes que, junto a otros, ayudan en los barrios Zona Norte y Pueblos Originarios de Santa Rosa, y que este pasado domingo, "Día de las Infancias", se hicieron presentes en este último barrio para colaborar con la entrega de mercadería, ropa, leche y caramelos para los niños y familias que se acercaron.
En diálogo con Vía Santa Rosa, Ana y Sebastián contaron que esta tarea solidaria los ocupa desde hace unos siete años, entregando viandas los fines de semana y "con la colaboración especial de la familia Soria, que tiene todas las instalaciones y equipamientos para hacer más de 140 viandas".
"Las viandas son los días viernes, y si es fin de semana largo, tratamos de sumar algún día más con tortas fritas o chocolate", explicó Ana, quien reconoce que es una tarea autogestionada y que no reciben apoyo de la Municipalidad ni de ningún partido político, pero hay muchos sectores que se acercan a colaborar, entre los que mencionaron a carnicerías, panaderías, o unas compañeras que realizan viandas vegetarianas para repartir entre las familias del barrio.
Este domingo, el punto de encuentro fue la casa de una vecina que siempre está dispuesta a ayudar, y lo hacen allí por la falta de un comedor en el barrio. "Cuando empezamos con lo de las viandas, nos decían que en los barrios que están alrededor hay comedores que tienen el lugar o que lo hacen desde alguna casa del barrio, pero la gente se iba a anotar y están colapsados, todos los comedores tienen sobrepasado el número de personas a las que pueden asistir", detalló Ana.
Y Sebastián agregó que "el vínculo con las familias es recíproco, porque en cada familia que nosotros asistimos hay una devolución, siempre. Es un ida y vuelta constante. Seguramente de esta situación va a surgir una propuesta más ambiciosa para el barrio. Es un barrio nuevo y, entre muchas cosas que faltan, una es el comedor", puntualizó.
Además, el joven observó que "la dificultad mayor es la no posibilidad de trabajar, de ganarse el mango, es un barrio popular, y se vieron perjudicados la mayoría de ingresos de las familias. Se recibió colaboración del Estado pero es bastante insuficiente. La idea (nuestra) salió de colaborar un poco más a partir de esta situación", describió.
Por último, Sebastián y Ana, dos jóvenes que están abrazados por una sensibilidad social y vocación de servicio poco frecuente, describieron, con pena, las situaciones de vulnerabilidad que observan, agravadas por el contexto del encierro que impone la cuarentena, con violencia de género, niños abusados o hacinamiento.
"No solamente se quedó en la vianda. Empezamos a pedir frazadas para el frío, porque mucha gente, con esta situación, se tuvo que ir a vivir a la casa de la hermana, del tío, de una familia que eran cinco y ahora son quince, aunque parezca una locura", completó Ana.
Pero ellos siguen contribuyendo con su pequeño granito de arena que, mucho o poco, se suma a otros tantos esfuerzos solidarios y construyen, día a día, algo de alivio en esas familias vulnerables, aportando para que el "Día de las Infancias" sea todos los días.