El ciclista pampeano Brian Alanís cuenta cómo vive la cuarentena en Ecuador

Con una travesía iniciada desde Argentina hace mas de un año, el piquense fue sorprendido por la pandemia del coronavirus en Quito.

El ciclista pampeano Brian Alanís cuenta cómo vive la cuarentena en Ecuador
Brian Alanis en Ecuador (Facebook)

El ciclista de General Pico, Brian Alanís, que lleva más de un año de viajar en bicicleta por Latinoamérica, había llegado a Quito, Ecuador, con otros compañeros de viaje, sin saber que se había decretado la cuarentena por la pandemia de coronavirus que tan fuertemente ha impactado en ese país.

En diálogo con Vía Santa Rosa, Alanís cuenta que "llegamos a Quito el 17 de marzo, cuando entramos con las bicicletas había muy poca gente. La verdad, entramos felices a una ciudad en la que había poco movimiento pero nosotros no estábamos enterados de nada", dice con franqueza.

"La gente nos decía que iba a ser el último día para movilizarse, y al otro día se declaraba la cuarentena obligatoria", relata, y agrega que "estoy parando en el departamento de un amigo y ya desde ahí que no me muevo".

La vista desde el departamento que comparte en Quito con un amigo (Facebook)
La vista desde el departamento que comparte en Quito con un amigo (Facebook)

El pampeano compara el impacto en las ciudades ecuatorianas, cuando expresa que "acá en Quito la situación es otra cosa con respecto a Guayaquil. En Quito, para mí, no hay tantos casos, hay unos 40, no es tanto en comparación con la costa", dice el aventurero, que sólo sale del departamento para comprar lo necesario.

"Cuando salgo, veo mucha gente en la calle todavía, la policía no controla, no pregunta adónde vas, no es algo estricto. Ojalá que esta situación no se les vaya de las manos y empiecen a controlar un poco más, sino puede llegar a pasar como en la costa", cuenta, refiriéndose a la cantidad de contagiados en Guayaquil.

La gente sigue circulando casi normalmente en Quito, a pesar de la cuarentena (Facebook)
La gente sigue circulando casi normalmente en Quito, a pesar de la cuarentena (Facebook)

Manifiesta además que, ante la situación planteada, ha tomado la decisión de volver, para lo cual se contactó con la Embajada Argentina, que respondieron que "ellos se iban a comunicar conmigo cuando haya algún vuelo humanitario para repatriar a los argentinos que están acá. Lo que publicó la Embajada en Facebook es que en Ecuador se declaró de importancia repatriar a todos los argentinos por la situación que se está viviendo", detalla.

Relata también que "ayer estaba en el departamento y me golpean la puerta, mi vecina me trajo un plato de comida, por suerte esas pequeñas cosas siguen pasando, me alegra mucho que todavía haya gente así. En otras partes no pasa lo mismo, tengo unos amigos que están en un pueblo cerca de Quito y ellos recibieron denuncias, la gente del pueblo los quería echar. Por suerte esa situación se solucionó", amplía Alanís.

Otra vista desde el departamento en el que pasa la cuarentena (Facebook)
Otra vista desde el departamento en el que pasa la cuarentena (Facebook)

Destaca que "la Embajada de Ecuador se está portando bastante bien, también están dando ayuda de hospedaje y alimento a los argentinos que estamos acá parados", y que les responden enseguida cuando se hace alguna consulta. "Ahora lo único que resta es esperar algún vuelo para regresar", completa.

"Tomé la decisión de volver para estar más cerca de mi familia y de mis amigos. Por ahora la prioridad sería volver a la Argentina, porque uno no sabe cuánto puede durar esto, yo puedo estar quince días, un mes o dos meses más encerrado en Quito. Aparte no cuento con mucho dinero para sobrevivir tanto meses sin vender fotografías y lo que estaba haciendo. Así que también por esas circunstancias es prioridad regresar", dice el piquense.

Por último, cuenta que sueña con poder recomenzar el viaje que le va a quedar trunco a la mitad del continente. Evalúa la posibilidad de empezar nuevamente desde La Pampa hacia el norte y elegir un nuevo camino, o volar hasta Ecuador y retomar con su hoja de ruta una vez que todo esté tranquilo.