Luego de que el Gobierno santafesino anunció un importante operativo encabezado por personal de la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV) para evitar el ingreso a "la bota" de personas que no tengan permiso específico, no fueron pocos los municipios y comunas que fortalecieron los controles en sus propios accesos.
Una de las regiones donde se vieron gran cantidad de retenes fue en el Gran Rosario, tanto Funes como Roldán, dos ciudades ubicadas al oeste de la Cuna de la Bandera establecieron un sistema en el que solicitaban a los automovilistas autorizaciones para cuidado de un familiar de riesgo y chequeaban que no hubieran salido de domicilios ubicados a una distancia mayor de 30 kilómetros, tal cual esta especificado en un decreto firmado por el gobernador Perotti.
Algo similar ocurría en otra localidad, en este caso al sur de Rosario, donde existen cientos de casas quintas. Se trata de Pueblo Esther, donde sobre la Ruta 21 existía un control para automovilistas.
La APSV profundizó las inspecciones en los límites de Santa Fe. Donde había un mayor despliegue era en el peaje General Lagos de la autopista Rosario-Buenos Aires y en el Túnel Subfluvial que vincula la ciudad de Santa Fe y la capital entrerriana, donde existe mayor circulación de casos de coronavirus.
Había presencia de inspectores municipales también en otras comunidades alejadas de centros urbanos populosos, a partir de rumores sobre el alquiler de cabañas y casas de fin de semana para turistas que pretendían llegar desde provincias done existe circulación comunitaria.