Este sábado se confirmó la muerte de un recluso de la cárcel de Las Flores que había sido herido en el motín de fines de marzo. A casi un mes de aquella protesta en reclamo de mayores medidas preventivas contra el coronavirus, la víctima no pudo reponerse de las heridas y quemaduras sufridas.
Fuentes sanitarias indicaron que el fallecido, cuya identidad no fue informada, estaba detenido por delitos sexuales y contra la propiedad. Hasta la fecha había sido operado seis veces en el Hospital José María Cullen.
De esta forma, ya son cinco los internos muertos por los incidentes registrados en la primera semana de aislamiento social, preventivo y obligatorio para evitar la propagación de COVID-19. Los cuatro decesos anteriores se registraron en las horas posteriores al operativo para retomar el control de la Unidad Penitenciaria 2.
Según las fuentes, la última víctima estaba en coma con asistencia respiratoria mecánica. Su cuerpo presentaba quemaduras graves y múltiples heridas de arma blanca en tórax, abdomen y cuello.
De acuerdo al Servicio Penitenciario, dos de los primeros muertos por el motín fueron hallados totalmente calcinados en un patio del penal el martes 24 de marzo. Los otros dos, en cambio, fallecieron mientras eran asistidos en el mismo hospital.
Ese día también se informó el crimen de preso de la cárcel de Coronda como resultado de una protesta similar que empezó casi en simultáneo con los reclamos en el norte de la capital provincial.
El secretario de Asuntos Penales de Santa Fe, Walter Gálvez, contó que en la revuelta de Las Flores "hubo 700 presos amotinados, se trata de ente el 40 y el 45 por ciento de la población" y sostuvo que "los fallecidos y los heridos fueron por reyertas entre internos, ninguno fue resultado del accionar policial".