Delfina no lo sabía y tal vez entendía poco y nada lo que estaba ocurriendo, tanta gente esperándola. Su carita de asombro y a la vez desconcierto lo decía todo. Pero lo cierto, es que la pequeña de 3 años se ganó el corazón de los malargüinos y con ese amor que derramó hasta lágrimas es que le dieron un gran recibimiento.
Delfina batalló contra el cáncer desde el año pasado y llegó a estar internada varios meses en Buenos Aires, epicentro de la pandemia de coronavirus.
Después de un sinfín de tratamientos (el último un autotransplante de médula) y de demostrar que la voluntad de un niño es inquebrantable, Delfina regresó a su casa para retomar su vida junto a su familia.
En los primeros minutos de este miércoles la niña llegó a Malargüe en una ambulancia de un servicio privado del departamento. La caravana que la acompañó inició el recorrido en la ruta 40, siguió por toda la avenida San Martín y terminó en la casa de los Carrasco. En ese lugar cerca de un centenar de personas se había dado cita para aplaudir la llegada de la niña y sus padres.
Cuando descendió la niña más de una lágrima rodó por las mejillas de los hombres, mujeres y niños que se habían dado cita. Delfina sonreía y cuando estuvo en la puerta de la vivienda levantaba su manito saludando a todos, sin comprender seguramente que la mayoría solo la conocía por las fotos que circulan en los medios o las redes sociales. Ella saludaba y sonreía, la mejor recompensa para esas personas que estaban en ese lugar.
"Gracias a Dios estamos en nuestra casa, agradecidos de toda la gente de Malargüe. Este recibimiento ha sido emocionante para nosotros, nunca lo esperamos", le dijo Juan Alberto, el papá de Delfina a Ser y Hacer de Malargüe.
"Delfi se sometió a un autotransplante de médula ósea. Tuvo una complicación grande, una enfermedad veno-oclusiva hepática (VOD hepático), que le complicó el hígado, con consecuencias y le afectó el único riñón que tiene. Estuvo mal y le costó bastante salir. Nosotros teníamos pensado volver después de un mes y medio o dos, pero estuvimos cuatro meses en Buenos Aires", comentó Mariana Vázquez, la mamá, al portal malargüino.
"La gente de Malargüe nos ha ayudado en todo sentido. En la parte económica muchísimo porque nos sustentamos gracias a la ayuda económica y a la solidaridad de la gente. Mi marido hace 10 meses que está sin trabajar, con el tema de pandemia. Estamos pagando una prepaga muy cara, el alquiler. Nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda de la gente. Tanta gente de todas las religiones que rezó, que mandó mensajitos, que le preguntaba a nuestros familiares por nosotros. No tenemos palabras para decirle gracias y nunca nos vamos a cansar de agradecer", agregó la mamá de Delfina, visiblemente emocionada.