El párroco de la iglesia de Villa Atuel, en San Rafael, fue procesado por violar la cuarentena. La policía lo encontró con una mujer en un auto en la noche del lunes en la ruta 171, que une Real del Padre con Monte Comán, al costado del camino.
Ambos fueron trasladados hasta la comisaría 64 en Monte Comán, también distrito sanrafaelino, donde se inició la causa por incumplir con el artículo 205 del Código Penal además de dejar retenido el vehículo en el que se movilizaba.
Ante esta situación, el padre Fabián Pezo aseguró que "me arrepiento por la imprudencia pero no fue algo malintencionado".
El sacerdote reconoció que "conozco a esta mujer, es más siempre la voy a visitar a Monte Comán y es familia que me visita en la parroquia en Villa Atuel. Hay una relación de hace muchos años, como 17, porque fue una de las jóvenes de la parroquia cuando estuve en Monte Comán. Estuve 4 años en la parroquia (La Asunción de la Virgen María) y la visito como tantos otros", contó en diálogo con diario Los Andes.
Según el párroco de la iglesia La Inmaculada Concepción, "me pidió que los fuera a ver porque el padre no anda bien, tienen problemas familiares, una cuestión judicial", indicó.
Como no hay una vinculación directa entre los distritos, el padre Pezo emprendió el viaje desde Villa Atuel a Monte Comán pasando por Real del Padre, donde se encontró con la mujer y desde allí siguieron juntos, cada cual en su vehículo.
"Ella había ido a Real del Padre a hacer unos trámites, salimos los dos para Monte Comán y antes de llegar me pidió que nos paráramos a conversar un rato, sin que estuviera el padre, porque después había temas que no iba a poder conversar. Nos detuvimos y nos pusimos a un costado de la ruta. Ella estaba dentro del auto porque tenía frío y yo sentado en un banquito afuera con la sotana arremangada dentro de la campera, es la costumbre porque si no se ensucia con la tierra", detalló.
Cuando se presentó el móvil de la seccional 64 y los encontró a la par de la ruta 171, y ya era de noche "me acerqué hasta ellos, les toqué la ventanilla y traté de explicarles. Es más ya nos estábamos yendo. Pero bueno, la mujer policía que estaba a cargo pensó que había más gente, además de la mujer, fue hasta el auto y nos dijo que no era hora para estar ahí. Después nos llevaron a la comisaría y nos hizo el proceso. Eso fue todo", explicó el padre Pezo.
Ante las suspicacias que generó la noticia, el sacerdote admitió que "fue una imprudencia" y luego insistió "acá lo hago cuando me para una persona y me dice que quiere hablar conmigo, me paro en una esquina, en la plaza, en la calle, lo hago naturalmente. Me arrepiento de la imprudencia y más ahora que está la cuarentena, pero no fue algo malintencionado", concluyó.