El robo al local que la empresa Claro tiene en el microcentro acaparó todas las miradas no sólo por el modus operandi, sino también por el trabajo de inteligencia previo que llevó al delincuente a frecuentar el comercio con la excusa de una compra y hasta socorrió a la empleada luego de un desperfecto eléctrico que él mismo ocasionó.
La víctima –Marianela- se encontraba en el depósito esa mañana cuando se percató de que alguien había entrado y pensó que era su jefe. "Cuando giré y lo vi, me quedé paralizada", relató. Ahí empezó la pesadilla.
"Me decía que me tirara al piso pero yo no le hacía caso porque no quería que me atara. Me amenazaba con que tenía un arma y después se me acercó y me empezó a tocar por encima de la ropa", contó todavía en shock a Radio Noba. Sin embargo, rápida de reflejos, agarró su celular que estaba a mano y en un descuido alertó a la policía.
En una bolsa de consorcio, el ladrón cargó 14 equipos y la cartera de la joven con $5 mil. Lo interceptaron a los pocos metros con el botín y le secuestraron de entre sus prendas dos pelucas, un bastón, una boina y un par de anteojos de sol.
"Actuó a cara descubierta pero disfrazado de anciano", puntualizó Marianela, que enseguida advirtió la fraudulenta maniobra aunque no pudo huir a tiempo. El muchacho fue identificado como Juan Villalba, de 35 años, y quedó imputado por tentativa de robo.
“Cortaba la luz del local y después venía como un cliente más a ayudarme, a hacerse el héroe. Me hizo eso en dos ocasiones. Conocía muy bien los movimientos", dijo.
