Lucas Quiroga es un puntano de 23 años, que demostró una gran capacidad de independencia, de amor por valerse así mismo sin depender de nadie, aunque no cuente con su sentido de la visión para guiarse. Un ejemplo absoluto.
Su sentido de orientación, su percepción, su inteligencia y sus ganas de evolucionar fueron base suficiente para tener éxito con su desarrollo académico.
Este viernes logró terminar sus estudios secundarios y recibirse en la Escuela Pública Digital de Adultos N° 50, Edificio Administrativo, de la Universidad de La Punta.
Acompañado por su profesora desde sus 15 años, María Auderut, Lucas hizo su examen con computadora mediante, respondiendo cada pregunta con éxito.
Pasada unas horas, el feliz momento llegó con aplausos y birrete incluido.
El flamante egresado contó luego, con voz entrecortada, lo que significó esta meta cumplida, comenzando por historia: “Nací prematuro a los 5 meses y tengo retinopatía, pero para mí nunca fue un problema. Siempre me sentí igual que los demás, no uso bastón y me muevo solo para todos lados”, confió orgulloso.
Seguro de lo que quería, el puntano manifestó que al principio le costó, pero recordó que hubo tres personas que fueron claves en su camino, los reconocidos ajedrecistas Daniel Morelli y Gabriel Perrone, y María.
“Ellos dos estudiaron acá y me facilitaron el programa Jaws, el cual funciona como un cuaderno digital y lee los textos de Word. Así junto a mi profesora avanzamos. No tenía ni primario ni secundario, empecé desde alfabetización. Acá aprendí a leer y a escribir. Estoy muy orgulloso de mí”, precisó contento y resaltó que era algo que siempre quiso, dado que no se quería valer sólo por una pensión, sino que quería estudiar y ser alguien en la vida.
“Si alguien me decía que no haga algo yo siempre lo hacía, salía, me manejaba solo y soy muy independiente. Si no lo hacía, hoy estaría dependiendo de alguien para que me lleve o me traiga”, manifestó el egresado, quien tampoco se olvidó de agradecer a su gran apoyo su mamá Patricia, quien lo incentivó a progresar siempre.
Para Lucas el camino recién comienza, dado que sus sueños son aún mucho más grandes.
“Quiero estudiar idiomas. Mi idea no es quedarme acá, sino terminar e irme a vivir fuera del país”, resaltó emocionado, se tomó unos segundos para pensar y agregó que a los jóvenes le diría que se “animen, que sigan adelante y que sí se puede”, señaló.
“Él estaba contento de venir a la escuela”, dijo con los ojos vidriosos, María, quien agregó que antes de Lucas, tuvo dos alumnos no videntes que fueron Daniel Morelli y Gabriel Perrone, quienes la ayudaron a entender el programa que usa para estudiar Lucas.
“Él tenía 15 años cuando vino. Es una persona muy inteligente y que tiene muchas ganas de estudiar. Todos queríamos que se recibiera y me siento orgullosa. Siempre voy a estar para apoyarlo y ayudarlo”, manifestó.
Lucas y María se abrazaron fuerte y se despidieron cerrando una feliz etapa, para dar inicio a otra con nuevos sus sueños.