Sirur Maluf a los 23 años sufrió un accidente que lo dejó parapléjico, sin embargo su deseo por ayudar a otras personas hace que realice cosas increíbles y admirables. El domingo pasado se sumergió en las aguas del embalse del Parque Costanera Río V, de Villa Mercedes en San Luis, para pedir ayuda para Sasha Ludmila Benitez Alanis, una nena de 8 años que tiene parálisis cerebral y necesita una silla postural, un bipedestador, leche y una cama ortopédica.
Durante la travesía Ludmila y Soledad, su mamá, alentaron emocionadas al joven puntano, quien más allá de poseer una discapacidad física, tiene una gran capacidad emocional que lo convierte en una persona especial por su empatía y deseo de ayudar al otro sin pedir nada a cambio.
Soledad explicó que "por el momento no recibimos ayuda de nadie. Mi hija necesita varias cosas porque la silla que está usando es prestada y ya le queda chica".
La mujer, que además tiene otro hijo de 3 años, trabaja en la Escuela Normal Mixta y fue abandonada por sus padres cuando era pequeña. Actualmente los tres viven con su abuela de 73 años. Alquilan en la zona de la tercera rotonda de la capital puntana. "Está todo muy difícil, mi sueldo de 14 mil pesos apenas me alcanza para vivir, no podría jamás comprar una silla de 150 mil pesos", relató con tristeza.
A Maluf aún le quedan trece lagos por cruzar, pero "el domingo sumamos un punto más. Cada espejo de agua nos enseñó, nos regaló recuerdos y experiencias inolvidables. Esta vez atravesamos el parque por Ludmi, que necesita muchas cosas y su mamá no se las puede comprar. Su sueño es tener una silla más grande ya que la que tiene le queda chica y es prestada", explicó Maluf y agradeció a todas personas que lo acompañan, pero en especial a sus amigos, su familia, su entrenador, Elías Villegas; a la Secretaría de Deportes, la agrupación Remos Rosas San Luis y al Ministerio de Turismo y Parques.
Ludmila concurre asiduamente al Centro de Día "Ailén", en la ciudad de La Punta. "Aprende a independizarse, dentro de lo posible, y tiene muchos médicos: kinesiólogos, fonoaudiólogos, especialistas en psicomotricidad y hace natación. Ella se siente feliz, la pasan a buscar a las 7:40 y, no es porque soy su mamá, pero tiene una luz inmensa. Le pone ganas y alegría a todo. Aunque esté enferma yo noto que le gusta", contó orgullosa de su hija.
Soledad conoció a Sirur Maluf gracias a una trabajadora social. Él fue a visitarlas unos días antes de que atravesara el embalse y Ludmila aprovechó para conocer al joven deportista.
La jornada también sirvió para homenajear a Ana Quiroga, una amiga del equipo, que falleció el viernes anterior a la cruzada solidaria.
Fuente: El Diario de la República / ANSL