El martes 6 de noviembre, una adolescente que asiste a la escuela secundaria de la localidad puntana de Concarán pudo contar el drama que vivía hace años: su padrastro la violaba. Inmediatamente Sergio Daniel Lucero Lopez quedó detenido y el martes pasado por la noche, la jueza Penal de Concarán, Patricia Besso lo procesó y dispuso su prisión preventiva.
Lucero López está investigado por el delito de "Abuso sexual con acceso carnal, agravado por la condición de convivencia preexistente", confirmó a El Diario de la República el defensor oficial de los tribunales de Concarán, José Luis Guiñazú, que lo asistió en el inicio del proceso.
Por su parte, la jueza Besso explicó que la decisón que tomó de procesar al imputado se basó "en la declaración de la nena en la Cámara Gesell, la revisación médica y la pericia psicológica a la víctima, lo que normalmente se hace en estos casos" y añadió que hasta el momento solo hay un estudio psicológico a la adolescente, porque ha ordenado una pericia psicológica al imputado, pero todavía no la han realizado.
La jefa de la Unidad Regional III de Policía, comisario inspector Pabla Suárez, informó que ya cumplieron con el traslado del procesado al Complejo Penitenciario Uno, de la ciudad de San Luis.
El caso trascendió rápidamente en el pueblo del Valle del Conlara, una vez que la adolescente de 14 años confió en la escuela lo que le ocurría. Mientras la Justicia, tanto de Familia y Menores como del fuero Penal, daba los primeros pasos de la investigación, el vecindario se convocó a través de las redes sociales y realizó una manifestación el jueves 8 de noviembre, para pedir la detención del denunciado.
"Es importante dejar en claro esto. Decían que la gente no quería denunciar porque no creía en la Justicia, porque el papá del imputado trabaja en tribunales", indicó ayer la jueza Besso. "Les pregunté puntualmente a los familiares de la menor –agregó– si ellos querían manifestar eso en la audiencia y mencionaron que estaban conformes, que la verdad es que primero pensaban que podía suceder que no existiera objetividad".
"Si a mí me afectara o tuviera algo de subjetividad hubiera sido la primera en apartarme, pero yo creí que no era necesario. Ellos manifestaron, en forma personal, porque no tienen abogado, que no querían que me apartara" de la investigación, explicó la magistrado.
La Justicia conoció el caso por una intervención de la escuela a la que la adolescente concurre. Cuando la chica reveló a los docentes lo que sufría, el director del establecimiento puso en marcha el protocolo denominado "Comunica situación", con el cual puso al tanto al juzgado de Familia y Menores.
"El juzgado de Familia tomó las medidas tutelares, como es la prohibición de acercamiento (del denunciado a la víctima), la revisación médica, la entrevista psicológica, unas cuantas medidas", indicó la jueza de instrucción Penal.
Después, el padre de la adolescente hizo la denuncia en la oficina de denuncias de los tribunales de Concarán, intervino la fiscalía y la presentación llegó al juzgado de Besso.
El primer testimonio que tomaron en el juzgado Penal fue el de la pediatra del Poder Judicial, Patricia Ceratto, que había examinado a la chica. El jueves 8, mientras los vecinos autoconvocados se manifestaban frente a tribunales, en el juzgado Penal le tomaban declaración testimonial al director de la escuela.
Besso también citó a declarar a la primera psicóloga que intentó hacerle la entrevista a la adolescente en Cámara Gesell. La especialista explicó que no fue posible concretarla porque la chica sufría una gran carga de angustia.
Unos días después, otra psicóloga, del juzgado Multifuero de Santa Rosa, logró obtener el testimonio de la adolescente, que fue, junto al informe de la médica, una de las pruebas que Besso tuvo en cuenta para fundamentar el procesamiento de Lucero López.