Crearon una fundación en San Luis para ayudar a chicos como su hija

Mariana Olmos y Emanuel José González se capacitaron para ayudar a su hija Raquel, quien tiene Síndrome de Down. Ahora fundaron un espacio que ofrece talleres gratuitos para niños y padres.

Crearon una fundación en San Luis para ayudar a chicos como su hija
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La Fundación "Par XXI", comenzó a funcionar hace solo tres meses y está ubicada en Chacabuco 1232, en la ciudad de San Luis. Fue creada por Mariana Olmos y Emanuel José González, quienes se capacitaron para asistir a su hija Raquel, que tiene Síndrome de Down. Su objetivo es ayudar con sus conocimientos a otros niños y padres, junto a un equipo de profesores y profesionales, con distintos talleres.

Mariana de 33 años es madre de Raquel, quien nació con Síndrome de Down, y ella recuerda que su hija, que en ese entonces tenía 3 meses, en cada sesión para estimulación temprana a la que fue sometida lloró sin cesar. "Los chicos acá, unos meses o hasta un año, pueden llorar en tratamiento" le dijo un especialista.

Fundación "Par XXI". Foto: Nicolás Varvara.
Fundación "Par XXI". Foto: Nicolás Varvara.

Esas seis sesiones en las que Raquel lloraba y lloraba despertaron un interrogante en Mariana y una fuerza interior maternal que le indicó que debía buscar otra opción y decidió capacitarse a sí misma junto a su esposo Emanuel José González, de 28 años, para darle a su hija, una vida mejor.

"Quiero un mundo donde la puedan ver como una niña normal, como una persona llena de inteligencia, dones y capacidades", dijo Mariana sobre su hija a El Diario de la República.

De lunes a viernes a partir de las 18 comienzan los talleres de musicoterapia para bebés y chicos: lectoescritura y lenguaje; teatro y folclore; computación; psicología para padres; actividades de la vida diaria y arte.

“Todo lo artístico tiene que ver con la expresión corporal, el manejo del cuerpo, la expresión de emociones, la organización del yo dentro de un lugar específico y cumplir un rol. La lectoescritura y computación lo decidimos porque queremos generar inserción laboral. En cuanto actividades de la vida diaria, ellos necesitan y pueden manejarse de manera independiente hasta llegar a vivir solos”, explicó y detalló el por qué de cada temática.

Fundación "Par XXI". Foto: Nicolás Varvara.
Fundación "Par XXI". Foto: Nicolás Varvara.

El matrimonio incluso brinda alguno de los talleres y son acompañados por otros especialistas como: Ariana Chaine, Lucas Montañes, Federico Aguzzi, Eliana Cavallero y Carlos Ivaldi.

Actualmente tienen 15 chicos y 5 bebés. Todas las actividades son gratuitas y se puede ser padrino de la fundación, que adquirió personería jurídica el 4 de abril, por una donación de 350 pesos mensuales. Además realizarán un encuentro de "Educación Inclusiva" que tendrá jornadas en septiembre y octubre. El lugar es financiado con recursos propios y además reciben una donación mensual de 1.000 pesos del Grupo Slots. A futuro tienen como plan, incorporar una "mini casa" para que los chicos puedan practicar actividades de la vida diaria.

El hecho que movilizó a la pareja a generar la fundación fue la visita que hicieron en noviembre del año pasado a Madrid, España, donde fueron recibidos en el Centro María Corredentora, una escuela de más de 200 años, que se especializa en alumnos con discapacidad.

Actualmente tienen 15 chicos y 5 bebés.
Actualmente tienen 15 chicos y 5 bebés.

"Desde que empezamos la capacitación con mi esposo, estudiamos mucho de Jesús Flores, que es un referente a nivel mundial sobre Síndrome de Down y busqué una foto de él para conocerlo. En una de las imágenes que encontré salió un link. Le escribí y le conté que queríamos ayudar a nuestra hija, que queríamos capacitarnos porque estaba en edad de entrar a la escuela y nos veíamos sin recursos. Y nos dijo que él nos podía ayudar para hacernos contacto con una escuela especializada y los gastos obviamente corrían por cuenta nuestra", detalló.

Estuvieron un mes entero allí junto a Raquel. Desde que pisaron la ciudad española vieron diferencias notables y observaron como los chicos se subían a los colectivos sin ayuda y como resolvían problemas matemáticos y análisis de texto. La escuela tenía mesas compartidas de juegos digitales, una pileta y hasta una pequeña casa, donde podían practicar quehaceres domésticos. "Nos volvimos locos, nos cambió la cabeza y dijimos 'eso también se puede hacer acá'. Nosotros tenemos las herramientas y quisimos volcarlo por medio de la fundación y los talleres para que los chicos puedan avanzar", explicó.