Los jóvenes puntanos despreocupados consumen unas bebidas y cenan en las veredas de la fresca noche puntana en donde la brisa del Chorrillero dificulta la estadía al aire libre, mientras tratan de imaginar cómo será la vida después de la pandemia.
Es viernes y el cuerpo lo sabe
Claramente no prestan mayor atención a las medidas de seguridad que les requiere utilizar el tapabocas o barbijo, pero sí están a una distancia prudencial en las mesas ubicadas al aire libre, tratando de simular una normalidad ficticia que desde hace meses no se vive ante la existencia de las normas gubernamentales de control de contagios que posiblemente se reinstalen para evitar el aumento de las personas infectadas.
El fin de semana largo les genera expectativas de recuperar un poco de energía y tiempo para practicar deportes al aire libre y alguna que otra actividad física para enfrentar el último tramo de un año agotador. Mientras el Comité de Crisis espera que desde Buenos Aires señalen cuales serán las ciudades que tendrán restricciones de circulación.