El viernes pasado, los trabajadores realizaron asambleas en punta de línea y anticiparon que las medidas de fuerza podrían persistir.
El conflicto obedece a una deuda de aproximadamente $30 mil que mantienen las empresas desde febrero con cada conductor. A ello se suman los haberes correspondientes a julio, que debían ser abonados hasta el jueves pasado.
En este escenario, la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) dispuso que al menos en el comienzo del lunes el servicio funcionará con normalidad. Luego de una audiencia prevista en el Programa Relaciones Laborales resolverán cómo seguirá el reclamo.
El secretario gremial de la UTA, Lucio Orozco expuso el malestar por la situación debido a que este mes las compañías pudieron recaudar "con normalidad". Y además recibieron subsidios de la Nación.
"Siempre es lo mismo. Aducen que son pocos y no alcanzan. Es faltarle el respeto al trabajador y a los usuarios (…) Las empresas quieren pagar y hacer lo que quieren. La secretaría de Transporte y el Gobierno provincial tienen que darle un corte definitivo a esto", sostuvo.