En la mañana del pasado domingo, Mauro Becerra, de 22 años, ingresó desesperado a Urgencias del Hospital Dr. Guillermo Rawson con su hijo en los brazos. El bebé, de apenas 11 meses y que padece un raro trastorno denominado “genitales ambiguos”, había convulsionado y no reaccionaba a los intentos de reanimación.
Los médicos del nosocomio lograron revertir la crisis que atravesaba y luego de realizarle los correspondientes testeos se determinó que el pequeño Leonel tiene coronavirus. Tras pasar dos días conectado a un respirador, finalmente pudo volver a respirar por sus propios medios pero la familia prefiera ser cauta, ya que el menor registra picos de fiebre que superan los 39ºC.
Becerra detalló los difíciles momentos que atravesaron hasta llegar al hospital ubicado en el centro sanjuanino: “Como a las 6 se despierta la mamá y me dice que Leonel había hecho caca con sangre. Después empezó a convulsionar. Se puso duro y se le iban los ojitos para atrás, todo el camino desde la casa hasta el hospital iba durito, no reaccionaba. Yo estaba desesperado, había hecho de todo, lo tiré al piso, lo golpeaba, le sacudía el pechito, no sabía bien qué tenía, hasta pensaba que se había ahogado. Alcancé a ponerme un pantalón y salimos en el auto, yo y mi mujer íbamos descalzos, no nos importaba nada”, aseguró en diálogo con Diario de Cuyo.
La madre de Leonel acompaña las 24 horas del día al pequeño junto a su cama en el área de Pediatría, mientras el padre, que permanece aislado en su casa, asegura que no sabe dónde se pudo haber contagiado y que tanto a él como a su pareja no los quisieron hisopar porque ya son considerados casos positivos por nexo.
Leonel cumplirá su primer año el próximo 11 de diciembre próximo y la esperanza de sus padres es que pueda regresar a casa: “Es un guerrero, se ha aguantado tanto. Ha sufrido mucho y de esta también va a salir”, señaló el padre.