Casi dos años después del hecho, pidieron elevar a juicio un caso que conmocionó a todos los sanjuaninos. Precisamente, fue el fiscal Carlos Rodríguez –quien instruyó en la causa- el que solicitó la elevación de la causa cuya imputación es homicidio doblemente agravado.
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El hecho ocurrió el pasado 15 de diciembre. Según la investigación, Mathías Mallea, un agente de la Policía de San Juan, habría discutido con quien por entonces era su pareja, identificada como Celeste Luna, mientras se encontraban en el interior de una de las habitaciones de la casa que compartían, en Rawson. Según publicó Tiempo de San Juan, el efectivo de 24 años le disparó en la cabeza a la joven de 21.
Las pruebas que complicaron al acusado fueron que ella supuestamente no sabía manejar el arma, el lugar donde impactó la bala y la mayor cantidad de restos de pólvora encontrada en las manos del agente y en la ropa de él, más que en el cuerpo de la víctima.
Si bien en un principio Mallea se abstuvo de declarar, en la ampliación de indagatoria cargó de responsabilidad a Celeste, aludiendo que intentó quitarse la vida y él intervino para evitarlo. En su versión, aseguró que esa mañana del 15 de diciembre se preparó para ir a trabajar y la chica empezó increparlo y hacerle escenas de celos porque se puso perfume y halló el número de celular de una compañera de trabajo, según señalaron fuentes judiciales al medio local. El policía dijo que el arma estaba en la mesa de luz y desarmada.
Contó que la chica siguió discutiendo y él salió con el perro rumbo a un negocio. A la vuelta continuó la pelea en su pieza, con insultos de por medio, hasta que Celeste lo empujó y le dijo “decime la verdad Matías, porque si no te mato y me mato”. Según el relato de Mallea, ahí vio que ella tenía la pistola en la mano y que movió la corredera y la cargó. Reiteró que ella continuó amenazándolo con el arma y también apuntaba contra ella misma.
Lo que afirmó el agente ante el juez fue que, en uno de esos movimientos, intentó quitarle la pistola y agarró las manos de la joven. Que se produjo el forcejeo, pero no pudo sacársela y en ese tironeo se sintió el disparo, declaró en tribunales, señalaron fuentes judiciales. Ahí vio caer a Celeste y él entró en shock. Además aseguró no puede dar más detalles porque no recuerda. Si se acuerda que llamó a su madre y su hermano. nte las preguntas de que si ella sabía manejar el arma, respondió que él le enseñó a manipular la pistola y a armar y a desarmarla.
Para Adárvez, esa defensa fue mentira y por ello -con las pruebas forenses como respaldo- lo consideró culpable de la muerte. Lo procesó con prisión preventiva por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por femicidio.
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La defensa del presunto femicida había apelado el procesamiento que dictó el juez Guillermo Adárvez. Sin embargo, la Cámara de Apelaciones rechazó el pedido y a partir de ello se allanó el camino para que el representante del Ministerio Público hiciera efectivo el pedido al magistrado. La pena que podría afrontar sería la máxima: prisión perpetua.