Por una charla casual en medio de la euforia mundialista, cuatro amigos sanjuaninos que viajaron al Mundial en Qatar 2022 para ver la Selección Argentina vivieron una experiencia única con un poderoso jeque árabe.
Ramiro Villegas, Nicolás Lucero, Gonzalo Rodríguez y Lucas Pringles son los aventureros de la provincia de San Juan, que -como si fuera un cuento de hadas- compartieron inolvidables momentos con un jeque qatarí al que ellos bautizaron como “tío Abdul”. Porque según contaron los ‘adoptó' y agasajó con comidas típicas, ropa tradicional, un tour de lujo en camello y un billete de edición limitada del Mundial.
Según contaron al medio Tiempo de San Juan, estaban en una estación de metro cuando se encontraron con la persona cambiaría el argumento de su diario de viaje. Ese personaje los vio y luego de cruzar algunas pocas palabras -las necesarias para hacerse entender- les dejó una tarjeta de presentación y les pidió sus teléfonos. Y sin imaginarse para qué, ellos aceptaron el intercambio.
Abdul, de familia que se dedica al negocio del petróleo y referentes de la ciudad Al Wakrah, les escribió al día siguiente comunicándoles que un chofer los buscaría, comentó Ramiro.
Una vez en la lujosa casa del jeque se encontraron con un evento especial que les había organizado exclusivamente para esos cuatro argentinos, que habían visitado a su país por el Mundial de fútbol. Junto a él, otros referentes de la comunidad para mostrarles cómo es la hospitalidad de su cultura.
Compartiendo el fútbol en el sillón de la lujosa casa del jeque qatarí
Abdul los recibió con amabilidad confesando su fanatismo por la Selección Argentina. Los esperó con una mesa bajo una capa, que contenía diversos platos tradicionales de Qatar.
“Nos hicieron probar comidas típicas. Comen con mucho condimento y mezclan cosas; era bastante raro. Todo el tiempo nos dieron café en unas teteras grandes y si no queríamos más, se lo teníamos que explicar con unas señas. Vimos el partido de España en un televisor de ellos y nos enseñaron y explicaron algunas de sus costumbres. Fue zarpado”, agregó el joven sanjuanino.
Ramiro después explicó que el jeque que nos invitó es uno de los descendientes de los los primeros habitantes. Su padre fue pionero en hallar riquezas, primero en la búsqueda de diamantes y piedras preciosas y después de petróleo.
Los regalos para los sanjuaninos
La hospitalidad superó expectativas. El más curioso de los regalos que recibieron los sanjuaninos fue una especie de “palo santo”, el cual cotiza 250 mil dólares el kilo. Se trata de “ramitas con las que se perfuman y se llenan de energía”, explicó Ramiro.
Después, “nos compró toda la ropa y la más cara. Después nos perfumó, todo de primera. Todo fue absolutamente gratis, no nos dejaba gastar nada. También nos llevó a la playa, a andar en camello y a un restaurante donde probamos otras comidas típicas. Luego recorrimos el café de su esposa, ella es la dueña. Ellos estaban muy contentos de poder compartir su cultura; la verdad es que es muy distinto lo que se dice y lo que se vive acá. Ellos están laburando en esto, en conocer gente y explicarles que las cosas que se han dicho por televisión no son así”, señaló el sanjuanino.
Ramiro luego hizo referencia en cómo es la cultura qatarí con respecto a la seguridad y al trato a las mujeres y confió que “sí tienen un tinte machista, pero viene de su religión”.
Y agregó: “En el mismo metro le dan el asiento a la mujer, es decir que tienen el mismo respeto que en otros lugares del mundo. Por lo menos los que no son tan ortodoxos, tienen una vida normal respecto a las mujeres. Abdul trabaja con 26 mujeres, es el único hombre y dice que se lleva de primera”.
En cuanto al orden social, “Qatar es súper seguro, hay un monitoreo de cámaras y rastreo facial increíble. Es un lugar seguro y nos están atendiendo de primera”