Un enorme hallazgo paleontólogico tuvo como protagonistas a San Juan y los especialistas del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan. En 2001 este grupo de profesionales, liderados por el paleontólogo Ricardo Martínez, encontró un cráneo en el Parque Nacional de Ischigualasto. Ahora, después de 20 años de investigación, confirmaron que se trata del primer ancestro de los lagartos y que tiene 230 millones de años de antigüedad.
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La prestigiosa revista Nature publicó el hallazgo de “Taytalura”, como se lo identifica. Se trata del primero en su especie encontrado en Sudamérica, precisamente en la “Cancha de Bochas” del parque que está ubicado en el departamento Valle Fértil, a 250 kilómetros de la Ciudad de San Juan.
El fósil pertenece al “abuelo” de los lagartos, que habrá medido unos 15 céntimetros de largo. En un principio se pensó que sólo evolucionó en el norte de Pangea, sin embargo este histórico hallazgo confirma que también lo hizo en San Juan. Según Martínez, el cráneo estaba completo y preservado tridimensionalmente, “algo inusual en este tipo de fósiles tan pequeños y frágiles”.
El paleontólogo sanjuanino encabezó la presentación oficial de “Taytalura” en el Rectorado de la UNSJ. En el acto también estuvieron presentes el rector Tadeo Berenguer; el secretario de Ciencia y Tecnología de San Juan, ing. Tulio Del Bono; la ministra de Turismo Claudia Grynzpan; el director del IMCN Oscar Alcober; y el paleontólogo Ricardo Martínez; entre otros.
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En la ceremonia, Martínez dio detalles del nombre del fósil encontrado en Ischigualasto: Taytalura, Tayta en Quechua significa abuelo o padre y Lura en kakan, lagarto. Además tiene un segundo nombre, que es “Alcoberi”, en homenaje al actual director del Instituto y Museo de Ciencias Naturales, el doctor Oscar Alcober.
“Todo el trabajo lo hizo Ricardo, si bien el hallazgo fue hecho en una campaña paleontológica liderada por los dos hace bastantes años atrás, en el 2001, el trabajo de puesta en valor paleontológico es absolutamente crédito de Ricardo. Calculo que Ricardo, al darle el nombre mío a la especie, son 40 años trabajando juntos. Hemos sido siempre compinche. Hemos estado muchísimos días en una carpa, tirados en el medio de la nada en búsqueda de fósiles, siempre nuestro objetivo era buscar y buscar. Yo creo que mientras más se busque, más posibilidades hay de encontrar”, comentó Alcober a Tiempo de San Juan.