Dario Barassi no oculta su amor y orgullo por ser papá de Emilia e Inés, además de como disfruta cada momento con las pequeñas de la casa y su esposa. Pero la vorágine laboral, y la demanda de tiempo por parte de las pequeñas, hicieron que el sanjuanino y su esposa tomaran una importante decisión: no tener más bebés, ¿por qué?
A 11 meses del nacimiento de su última hija, Inés, fruto de su relación con Lucía Gómez Centurión, el conductor de Ahora caigo aseguró que “no hay manera de que venga otra Barassita al mundo”, y remarcó con humor en diálogo con Catalina Dlugi en su ciclo radial Agarrate Catalina: “Cerramos la fábrica, somos dos padres con dos manos cada uno, hasta acá llega el amor”.
Darío es un papá orgulloso: “Mis hijas son los amores de mi vida. Inés tiene 11 meses, toma la mamadera sola, duerme sola, ya dice papá, es un ser bastante autónomo. Antes de irme a dormir, paso por el cuarto de cada una para chequear que respiren, que estén bien. Se tienen muchísimo cariño”.
El conductor intenta equilibrar el tiempo entre sus obligaciones laborales y sus momentos de esparcimiento con sus hijas y su esposa. Por tal motivo, los dos decidieron “cerrar la fábrica” hasta nuevo aviso.
“Cuando llego a mi casa, me tiro al piso, me disfrazo de Elsa y canto Frozen. Con mi mujer salimos a caminar, jugamos al tenis, o cuando me subo al auto encuentro como mi santuario. Cuando manejo es cuando logro sacarme por un rato al Barassi de encima”, contó divertido en la entrevista.
C.H.U.E.C.O. la nueva serie de Disney que protagoniza Barassi
Entre risas y críticas, el 14 de julio se estrenó C.H.U.E.C.O., una nueva serie de Disney, en la que el sanjuanino encarna el papel de padre de familia, que para cobrar una herencia millonaria tiene que cuidar y guardar el secreto de la mascota de su tío: un mono. En las redes sociales cuestionaron algunas semejanzas con ALF, el emblemático programa de los 90′.
Juan Gustozzi (Darío Barassi) es un padre viudo que convive con sus tres hijos y Amanda (Consuelo Duval), el ama de llaves, cocinera y “madre postiza” de los niños. La familia está al borde de la ruina cuando recibe una millonaria herencia de un tío de Juan que acaba de fallecer. Pero existe una única condición: que cuiden de Chueco como a un miembro más de la familia, quien para sorpresa de todos resulta ser un chimpancé adulto.
Todos se entusiasman con la idea de tener un monito de mascota, hasta que descubren que Chueco no es tan dulce como parece y esconde un gran secreto: tiene la capacidad de hablar. De ahora en más, deberán unirse para que ello no salga a la luz.