La vida de los comerciantes de San Francisco se vio golpeada por el avance del coronavirus y el decreto nacional de aislamiento social, preventivo y obligatorio en marzo pasado. Algunas empresas consolidadas lograron pilotear la crisis económica desatada por el cierre de sus locales y otros, como los emprendedores, debieron reinventarse para seguir en pie y no desaparecer.
Jonatan Casalis tiene un microemprendimiento desde hace un tiempo. De a poco fue avanzando, hasta que logró abrir su propio local. Sobre lo que lo motivó a emprender, manifestó: "me motivó ser mi propio jefe y no depender más de un empleador, eso tuvo mucho que ver en mi decisión. Trabajo marcas de imitación, cuando encontré ropa de buena calidad arranqué con el emprendimiento".
"Previo a esto la situación no era la mejor, pero estaba funcionando demasiado. Cuando todo se paró empezaba justo la nueva temporada, la gente se estaba acercando, los boliches no paraban, la juventud era para lo que yo estaba pendiente, viernes y sábado venían a buscar la prenda antes de salir", señaló sobre cómo se encontraba su negocio antes de la cuarentena.
En cuanto a cómo siguió a partir del aislamiento, expresó: "todo andaba muy bien. Con todo esto se frenó, con el tema de que los chicos no pueden salir y los boliches no pueden abrir, nosotros vendemos menos". "Nos tuvimos que reinventar con, por ejemplo, el tema del delivery. Pasamos mucha cantidad de fotos para la gente que no puede ir al local, era el doble el trabajo. Frente a la pandemia fue mucho más el laburo en sí", indicó.
Para concluir dijo que la situación la afrontó de la mejor manera, haciendo caso a los protocolos propuestos y trabajando mucho en redes sociales para poder seguir vendiendo. "Con todo esto, por suerte algo se movió, obviamente nada a comparación de la vida normal. Pero estamos pasándola, esperando que se reactive todo para un mejor funcionamiento en general" finalizó.