La Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria del Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda continúa transformando la manera en que se brinda atención quirúrgica en el sistema de salud pública. Esta modalidad permite realizar intervenciones programadas con alta médica en el mismo día, garantizando eficiencia, seguridad y calidad en los cuidados.
Al respecto, el doctor Federico Brahin, jefe del Servicio de Cirugía del hospital, explicó que esta unidad forma parte de una estrategia impulsada por el Ministerio de Salud Pública, a cargo del doctor Luis Medina Ruiz, con el fin de hacer un uso más eficiente de los recursos sanitarios.
En esa línea, Brahin detalló que el servicio quirúrgico se encuentra dividido en áreas especializadas —como cirugía de cabeza y cuello, tórax, coloproctología, cirugía oncológica, mínimamente invasiva, reparadora y endoscopía flexible—, y destacó especialmente el impacto positivo de la modalidad ambulatoria.
“Esta unidad nos permite descomprimir la ocupación de camas hospitalarias, disminuir la lista de espera quirúrgica y atender patologías frecuentes en nuestra población”, señaló el especialista, y agregó que entre los procedimientos más comunes, se encuentran la cirugía de hernias, litiasis vesicular, varices, patologías orificiales benignas, y algunas intervenciones dermatológicas y de cabeza y cuello.
El galeno remarcó que esta modalidad implica que el paciente no queda internado, sino que se recupera en su domicilio, manteniendo siempre estándares de seguridad y calidad médica. Aclaró que la clave está en una correcta selección de casos, pacientes y protocolos de alta.
“Se estima que alrededor del 70% de las cirugías podrían realizarse sin internación. Esto representa un beneficio directo en la optimización de recursos y en la mejora de la experiencia del paciente”, afirmó.
En una reciente mejora del servicio, el hospital incorporó el horario vespertino para este tipo de intervenciones, extendiendo también el funcionamiento de la Unidad de Recuperación Post Anestésica (URPA) hasta las 23:00, lo que permite ampliar la capacidad operativa sin comprometer la calidad del cuidado postoperatorio.
Brahin también explicó que para ser candidato a esta modalidad, el paciente debe presentar una patología quirúrgica no compleja, sin enfermedades de base importantes, vivir a no más de 50 kilómetros del hospital, contar con acompañamiento responsable y recibir indicaciones claras para el seguimiento tras la intervención.