Una niña wichí de 13 años, que estaba embarazada, falleció la semana pasada en el hospital público del municipio salteño de Tartagal y la Justicia salteña investiga las circunstancias poco claras de la muerte, y también si la menor fue abusada. El bebé también murió.
La niña había llegado en mal estado al hospital de Tartagal y que no habría recibido la atención necesaria en el Primer Nivel. “La chiquita llegó con un problema ginecológico grave que se conoce como síndrome de Hellp, con un cuadro de hipertensión, eclampsia, daños hepáticos y convulsiones”, indicó una fuente de la cartera sanitaria al diario El Tribuno. Al parecer el bebé logró nacer, pero falleció a los 17 minutos por las mismas complicaciones de salud de la madre.
Sobre la muerte de la madre, las fuentes indicaron que en el quirófano hizo un paro cardiorrespiratorio del que lograron recuperarla. Lo extraño es que, de acuerdo a los datos que estaría manejando la Justicia, la menor tenía un hematoma cerebral que curiosamente no fue detectado en una tomografía y que fue lo que la llevó finalmente a la muerte.
Se sabe también que la nena wichi hizo una convulsión arriba de la ambulancia, pero antes ya había convulsionado en su casa y por eso llamaron a Emergencias. Lo grave fue que cuando llegó el pedido de la ambulancia para el traslado, el móvil tardó en salir y luego se demoró como una hora para llegar a la comunidad ubicada a 20 kilómetros de Tartagal.