Entre las muertes más dolorosas por coronavirus el año pasado, se destacaron las de distintos personajes icónicos de la provincia de Salta, incluyendo al periodista deportivo y docente Eduardo Chañe. En su homenaje, este sábado 9 de enero se realizarán pedaleadas en distintos puntos de la provincia.
En Salta Capital, el evento inicia a las 17 en la Plaza del Deporte, en barrio Tres Cerritos. El circuito terminará en el Parque Bicentenario, donde los participantes también darán un giro por el circuito dispuesto dentro de las instalaciones del parque. Finalmente, al llegar a la zona del anfiteatro podrán participar de talleres realizados por la Agencia Provincial de Seguridad Vial.
Además, por la importancia de Chañe como ícono provincial, se realizarán pedaleadas en distintos lugares a la misma hora: en Tartagal, Orán, Joaquín V. González, Metán, Apolinario Saravia, Rosario de la Frontera, Chicoana, Cerrillos y Coronel Moldes.
Al finalizar, en todos estos lugares se darán talleres de seguridad vial sobre el respeto al ciclista, y habrá un sorteo con grandes sorpresas. La pedaleada cuenta con organización de la Secretaría de Deportes, la Agencia Provincial de Seguridad Vial, la Unidad Coordinadora de Parques Urbanos, y el grupo Ciclistas Unidos de Salta.
Quién fue Eduardo Chañe
El “Negro Cafú”, como le decían en el ambiente periodístico salteño, fue periodista del diario El Tribuno durante años, con una sólida carrera como periodista deportivo. Era también miembro de la Secretaría de Deportes de la provincia y profesor de la Universidad Católica de Salta.
Había sido diagnosticado con coronavirus, y estaba internado en el Hospital San Bernardo. Su estado de salud se conoció unos días atrás, cuando su esposa Adriana Mücher pidió ayuda en Facebook para conseguir donaciones de plasma, puesto que Chañe estaba en un delicado estado de salud. Por el aislamiento, murió completamente alejado de su esposa y dos hijas.
Tras su fallecimiento, Mücher se unió al reclamo de otras familias de pacientes que denunciaron abandono del personal médico. Según cuenta, Chañe esperó durante ocho horas en la guardia de una clínica privada a donde había sido derivado por su obra social. Al pasar este tiempo, fue derivado al San Bernardo, pero pocas horas más tarde su cuadro empezó a empeorar y solo podía comunicarse con su familia por teléfono.
En una de estas comunicaciones con sus hijas, el viernes, les contó que lo abandonaron en la guardia de la clínica, donde durante horas ni siquiera lo dejaron usar el baño. Al día siguiente les informó que lo tenían que entubar, pero sus pulmones colapsaron y murió el lunes, sin poder ver a su familia. Según una consulta que hizo la viuda con un profesional, esas ocho horas que estuvo esperando eran vitales.
