María Cash desapareció en julio de 2011 cuando viajaba en colectivo desde su provincia, Buenos Aires, a Jujuy. Según el relato de testigos, y con el aporte de cámaras de seguridad se supo que la joven se bajó a mitad de camino, en Salta. Desde entonces sus movimientos fueron erráticos hasta que se perdió su rastro definitivamente.
A partir de entonces la desaparición de la joven de Buenos Aires, rodeada de un halo de misterio, se transformó en asunto nacional, y no quedó una persona en el país que no conociera su nombre o hubiera visto su foto.
Lo cierto es que de 2011 a la fecha nada se avanzado en el caso, a pesar de los infinitos rastrillajes, que pocos frutos han dado. El último de estos hace más de un año frente a un santuario de la Difunta Correa cerca de Palomitas, en la provincia de Salta, pero nuevamente sin resultados concretos.
Hace algunas semanas la familia de María Cash pidió a los peritos que trabajan en la causa de Sofía Herrera, la nena de tres años desaparecida en 2008 en un camping de Río Grande, la elaboración de un retrato actualizado que tenga en cuenta el paso del tiempo, y que permita tener una idea aproximada de cómo se vería María Cash a casi 10 años de su desaparición.
El trabajo de actualización
El trabajo de proyección de edad que realizaron los peritos se hizo a mano, sin utilizar ningún software, con un lápiz óptico y una tableta.
“La proyección de edad, es un dibujo que se realiza progresivamente, teniendo como base una fotografía o imagen de la persona que falta o que se encuentra desaparecida. Se obtiene un dibujo de rostros proyectado a una edad específica (la actual del momento peritado), realizándose en niños, adolescentes y adultos”, explicó en diálogo con Télam Walter Duarte, titular de la consultora que realizó el trabajo.
“En otros países algunas de estas imágenes se realizan con programas informáticos, pero tienen dos grandes contras: la primera que quizás el software está diseñado para otra etnia u otro tipo de piel que no sufre los mismos cambios que la del caso que uno tiene. Y la otra que no tienen en cuenta las cuestiones genéticas, las características heredadas de los padres, que resultan tan importantes”, agregó Duarte.
“Una pericia de rostro puede llevar entre ocho y 12 minutos. Una proyección, un mínimo de 4 o 5 meses, que es el tiempo que trabajamos en la de María Cash, a distancia, en pandemia, con reuniones por Zoom”, explicó Alberto Suárez, uno de los peritos.
Mientras que uno de sus colegas, Daniel Antiman, explicó algunos de los detalles a tener en cuenta a la hora de realizar una proyección: “Se estudia cada parte del rostro, mediante el análisis de la parte ósea y muscular, con el fin de establecer el comportamiento que tendrán a lo largo de los años, se tienen en cuenta la posición de los lunares, los pliegues producto de los gestos, cómo envejecen la piel y el pelo, el desgaste de los dientes y los músculos, la aparición de arrugas y surcos”.