La estación de trenes de Campo Quijano fue protagonista este año gracias a obras de rehabilitación, ampliación y de puesta en valor que el arquitecto César Spirito realizó hace dos años. Tras estas acciones, el arquitecto recibió una mención del Premio Iberoamericano de la Sociedad Central de Arquitectos, Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio Argentina a la mejor intervención de obras del patrimonio edificado durante el año 2020.
El miércoles pasado se dio a través de Zoom el acto de entrega de premios, durante el cual el arquitecto recibió un diploma al igual que la Secretaría de Turismo, organismo que contrató la obra. La estación ferroviaria está lista desde hace un par de años para que el tren del ramal C-14 vuelva a recorrerla, y el año que viene cumplirá un siglo de vida. Se espera que este aniversario tan importante sea la ocasión idónea para que vuelva a trabajar y sea recordada como el origen del pueblo.
El arquitecto César Spirito
Spirito recibió otras distinciones por trabajos previos, incluyendo el primer reconocimiento en su carrera otorgado por el Colegio de Arquitectos de Salta para los 20 años de la institución. Presentó dos proyectos para el concurso, y ganó el de una casa que realizó en Cachi Adentro. Esta nueva distinción es en la 20ª edición del concurso, otra instancia en la que el número 20 se repite en la carrera del arquitecto, como un talismán.
Por otra parte, en el 2015 empezó a realizar el proyecto ejecutivo y arquitectura de la obra dentro del Programa de Desarrollo Turístico Sustentable de la Provincia de Salta, a través de la Subsecretaría de Financiamiento. Con créditos del Banco Interamericano de Desarrollo, la obra empezó en el 2017 y terminó en el 2018.
El proyecto recibió colaboración de distintos colegas en la dirección de obra y seguimiento: Inés Ruiz Martínez del Ministerio de Turismo y Cultura de la Provincia; la inspección técnica de Silvano Gorrini por Financiamiento; y Orlando Vilariño, de la Dirección de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbano de Salta. Spirito fue también asesorado por el ingeniero Mario A. Ochoa y el arquitecto Mario Lazarovich.
El proyecto
La estación de Campo Quijano estaba semiabandonada antes de la iniciación de este proyecto, un edificio muy pequeño y abandonado en el tiempo. El objetivo de la restauración era realzarlo con nueva arquitectura, y que las ampliaciones fueran un complemento para sobresaltar la vieja estación. Como informa El Tribuno, el arquitecto remarcó que “hacer esta obra era un desafío fantástico”, y que la estación es “un lugar muy importante para reactivar y poner en valor en la memoria del pueblo”.
El principal objetivo de la obra era que el Tren a las Nubes saliera de Campo Quijano y no desde Capital, siendo que el tramo desde la ciudad significa dos horas y media de ida y la misma cantidad de vuelta. Cambiando el trayecto, se ahorraban cuatro horas de viaje, considerando que el trayecto a Campo Quijano en ómnibus implica apenas más de media hora.
