Mientras los gobiernos de Argentina y Bolivia anuncian que las fronteras entre ambos países continuarán cerradas para evitar la proliferación del coronavirus, en la práctica la realidad es muy diferente. Todavía se ve “gomones” atravesando el río Bermejo con pasajeros que ponen en riesgo su vida para pasar del otro lado de los puntos limítrofes.
En el paso fronterizo del río Bermejo que divide suelo salteño con Bolivia permanece firme la actividad de los bagayeros y de los gomones, según videos difundidos por medios locales. Es, sin duda, la otra cara de los anuncios de los Gobiernos. De hecho, la circulación de gente en la frontera argentino-boliviana nunca se detuvo. En plena pandemia, la gente utilizaba los más de 60 pasos clandestinos para cruzar la frontera. Algunas personas lo hacían (y hacen) en chalanas, otras a pie.
El peligro, además de la precariedad de las embarcaciones, es que el río Bermejo está más crecido debido a las lluvias. A principios de marzo, un gomón que viajaba con 20 pasajeros a bordo, se pinchó al chocar con una rama y naufragó en las turbulentas aguas del río que separa a Argentina de Bolivia. Un informe realizado por el medio La Voz del Pueblo destaca que la única diferencia que se ha visto entre los trágicos sucesos de principio de mes es el uso de chalecos salvavidas.