Juzgan a una salteña por atropellar y matar a un obrero

María Belén Méndez García Zavaleta está acusada de "homicidio culposo en siniestro vial agravado" en perjuicio de Diego Alejandro Castro.

Juzgan a una salteña por atropellar y matar a un obrero
María Belén Méndez García Zavaleta (Web)

El martes en el Salón de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial comenzó el juicio contra María Belén Méndez García Zavaleta, la joven acusada de atropellar y matar a Diego Alejandro Castro, un obrero de 35 años que estaba trabajando en el momento del accidente.

En la audiencia de ayer la mujer imputada por "homicidio culposo en siniestro vial agravado" pidió disculpas a la familia de la víctima y aclaró: "no soy el monstruo que todos creen o suponen".

El accidente fue el sábado 3 de junio de 2017. Castro estaba trabajando en la puerta de una marmolería junto a un compañero cuando fue embestido por el vehículo Ford Focus que manejaba Belén. Tras el impacto, fue hospitalizado y tuvieron que amputarle las dos piernas. Pese a los grandes esfuerzos de los médicos no logró sobrevivir. 

Así quedó el auto de María Belén Méndez García Zavaleta tras el accidente (Web)
Así quedó el auto de María Belén Méndez García Zavaleta tras el accidente (Web)

El juicio continúa hoy pero en la jornada de ayer hubo testimonios importantes. En primer lugar habló la hermana de Castro y luego lo hizo Alejandro Di Carlo quien viajaba como acompañante en el auto de la acusada.

Di Carlo contó que estuvo con Belén en un boliche de zona sur y que tomaron bebidas alcohólicas. Relató, además, que iban charlando tranquilos cuando ocurrió la tragedia y que el auto "se aceleró de golpe". También aseguró que la mujer no conducía rápido porque había mucho tránsito en la zona.

Luego fue el turno Ariel Yapura, compañero de trabajo de la víctima y testigo del hecho. El hombre destacó que ni la mujer ni su acompañante reaccionaron ante el accidente y que tuvo la impresión de que ambos estaban alcoholizados.

Un joven que estaba en una parada de colectivo cercana al lugar del siniestro también dio su testimonio en el juicio. Contó que mujer tenía olor a alcohol y que apenas podía hablar. 

La recepción de testimoniales continuó con peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscal (CIF). El que realizó la pericia accidentológica sostuvo que la huella de derrape oblicua registrada en el lugar fue el resultado del exceso de velocidad.