El juicio por el femicidio de Paola Álvarez, la joven mamá salteña que estuvo tres meses desaparecida en 2017, tiene fecha y tres imputados. Será desde 15 de abril al 3 de mayo en la Ciudad Judicial de Salta capital.
En el banquillo estarán Santiago Zambrani, quién tenía una relación con la víctima, acusado del delito de homicidio doblemente calificado por la relación de pareja y por mediar violencia de género en calidad de autor material; y sus padres, Alfredo Zambrani y Amelia Huergo, acusados de participes secundarios del delito de homicidio doblemente calificado. Del otro lado, una familia que espera justicia para calmar su impotencia y comenzar a reconstruirse desde un dolor irreversible y punzante.
No hay batalla que pueda vencer a la mamá de Paola, Mónica Morales. El 5 de mayo de 2017, cuando su hija no volvió a la casa, denunció su desaparición. Su incansable búsqueda duró tres meses con la esperanza firme de encontrarla viva.
Caminó todas las calles posibles colgando la foto de Paola. Juntó peso por peso para imprimir la mayor cantidad de volantes posible mientras cuidaba de su nieta, la hija de Paola que en ese momento tenía dos años.
Cuando en agosto le confirmaron que habían encontrado el cuerpo de Paola tirado al costado del camino de cornisa (Ruta 9) que conduce al municipio salteño de La Caldera, su fe se terminó de desmoronar. Sin embargo, ella puso toda su fuerza en una nueva y urgente búsqueda: que haya Justicia para Paola.
Ahora, a un mes y medio del juicio, Mónica encabezará una marcha. Será el 8 de marzo y se acoplará a la movilización nacional por el Día Internacional de la Mujer, que en Salta concentrará en la Plaza 9 de Julio. "Queremos pedir Justicia por Paola y por todas las víctimas de femicidio", dice Mónica en diálogo con VíaSalta.
Los familiares, la hija y los amigos de Paola se juntarán el viernes 8, a las 15, en la plaza de barrio Palermo I. Desde allí caminarán hacia el centro de la ciudad por la avenida Las Costas, bajarán por Villa Asunción hasta pasar por el famoso Mercado Artesanal y finalmente llegar a la Plaza 9 de Julio. Llevarán batucadas y pancartas con la imagen de Paola.
"Nosotros queremos que la Justicia contemple todas las pruebas que hay en contra de los imputados. Pedimos que los padres de Zambrani también reciban una condena por el crimen de mi hija. Ellos fueron cómplices del delito que cometió su hijo y además entorpecieron la investigación. No es justo que ellos queden impunes y sigan libres", recalca la mujer.
Mónica dice que confía en la Justicia. Desde el primero momento se aferró a la investigación que el fiscal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Ramiro Ramos Ossorio, llevó adelante en torno al caso de Paola. Sin embargo, se permite una pausa en medio de su lucha para contar, entre lágrimas, su temor más grande: ver al acusado del femicidio de su hija y a sus padres durante el juicio.
“Sé que me va a doler mucho porque no puedo hacer nada y voy a tener que escuchar todo lo que digan; solo espero que se haga Justicia”, destaca. Su esperanza está firme.
Las pruebas contra Zambrani
"Me mandé una cagada". Este fue el texto que el imputado le mandó a una amiga al día siguiente de la desaparición de Paola Álvarez. Esta prueba y otras más, surgen del requerimiento de juicio que el fiscal penal Ramiro Ramos Ossorio presentó en contra de Santiago Zambrani y sus padres, Alfredo Zambrani y Amelia Huergo.
Además, los investigadores pudieron extraer y analizar la cuenta de Zambrani en Facebook, donde el hombre posteó sospechosos mensajes cuando todavía se desconocía el paradero de Paola. "Hoy he perdido a la persona que más amé en este mundo, no sé por qué ni cómo ahora todos me juzgan y me culpan, ya mi vida no tiene sentido. La encontrará allá arriba, por fin podré estar a tu lado sin importar lo que los otros piensen u opinen. Voy en tu búsqueda".
Según el fiscal, los padres de Zambrani, al momento de tomar conocimiento de que las pesquisas policiales se orientaban hacia la posible detención de su hijo, decidieron entorpecer el trámite investigativo.
Ramos Ossorio concluyó que entre la noche del 5 de mayo y la madrugada del 6, el hombre llevó a la víctima a una vivienda en barrio Autodromo, en la zona este de la ciudad de Salta. Allí le dio pastillas de clonazepan mezcladas con cerveza y la estranguló hasta quitarle la vida. Luego cargó el cuerpo de Paola en la camioneta, VW Amarok y lo arrojó al vacío, al costado de la ruta 9. La encontraron tres meses después.