Un hecho muy particular tuvo lugar en Rosario de la Frontera el pasado 16 de febrero por la mañana, cuando la policía, alertada por los vecinos, detuvo a un joven de 24 años que intentaba robar un local comercial ubicado en la calle 25 de Mayo al 600, de esa ciudad.
Mientras personal policial verificaba el robo en el local, el joven fue trasladado a la dependencia policial, y es en este momento en el que sucede el hecho insólito, y es que, estando el delincuente detenido en la comisaría, ingresa a las dependencias policiales una mujer que quería denunciar el saqueo de su comercio.
Al ingresar a la comisaría, la mujer vio al joven delincuente que se encontraba allí demorado, y le llamó especialmente la atención la gorra que este llevaba puesta, ya que la reconoció como una de las prendas que habían sido sustraídas de su local junto a otros elementos, entre ellos seis relojes. Inmediatamente la mujer alertó a los policías sobre la gorra que llevaba puesta el demorado, la cual al ser revisada aún llevaba colocado el precio en su interior.
En vista de esta situación y de otras pruebas que surgieron durante la investigación, Juan Ignacio Bustos, de 24 años quedó detenido y fue imputado por los delitos de daños y robo.
